CAPITULO 66

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EXPLICACIÓN

Narra Daniella

Luego de que todos nos despidiéramos para irnos a dormir mi padre me detiene y yo volteo a verlo.

—Necesitamos hablar hija. –
Me dice mi padre y yo asiento confundida.

[¿No se suponía que sería mañana cuando habláramos con la manada? ]

—Ahora regreso. –
Le digo a Peter y el asiente somnoliento.

Caminamos padre e hija solos por la mansión, todo esta en silencio y escucho a algunos miembros roncar en sus habitaciones además de que la oscuridad de los pasillos me causa cierto nerviosismo.

[Aunque este lugar sea mi propio hogar la oscuridad me pone nerviosa algunas veces, supongo que después de lo que ocurrió con Leos soy más sensible a varias cosas. 

Me dí cuenta de eso conforme el día pasó, mis sentidos son aún más agudos que antes. Ya me había ocurrido antes en las veces que me descontrolaba y mi otro lado salía a flote, temo que algún día mi lado lobuno desaparezca y solo quede mi otro lado. ]

—No te ves muy feliz de estar con tu padre. –
Dice mi padre y yo lo volteo a ver.

[Haciendo una cara triste, no debo dejar que padre tenga más tristeza. ]

—N-No es eso padre, verte de nuevo y estar aquí solo contigo me alegra mucho pero... –
Dejo la oración a medias y suspiro preocupada.

[No sé si debería de decirle sobre todo lo ocurrido, temo que se preocupe aún más por mí y se sienta todavía más culpable. ]

—Pero hay algo que te preocupa ¿no? será mejor que se lo digas a papá. –
Dijo mi padre sonriéndome y yo sonrío.

Tome su brazo mientras caminábamos a la azotea de la mansión y sonreí.

[El aroma de mi padre siempre me tranquilizó desde que fui humana hasta la actualidad, es tan tranquilizador. ]

Terminamos de subir y miramos al cielo, la luna resplandece como siempre sobre la oscuridad de la noche y algunas nubes esponjosas se notan a su alrededor, la azotea tenia un barandal donde de vez en cuando yo me recargaba.

—Cada noche desde que llegué a tu lado y al de tu hermana vengo a pensar aquí, el viento fresco y la luz de la luna me hacen pensar en lo que hice antes de reunirnos. –
Comenta mi padre cuando estamos sentados en el suelo recargados en el barandal.

—Es un buen lugar para pensar, viendo al cielo y la tranquilidad que el lugar tiene. Me gusta. –
Le digo sin quitar mi vista de la luna.

[Ya ha pasado un tiempo.

¿Cómo se encontrará la Diosa Luna? ¿estará cansada? 

Lo que ha estado ocurriendo en las manadas y reinos vampíricos ha de mantenerla con mucho trabajo que hacer. 

A veces me gustaría volver a hablar con ella, pero sé bien que aún no es momento. ]

—Dime pequeña ¿cómo te sentiste? –
Pregunta mi padre y yo suspiro ante la pregunta.

Me recargo en su hombro y me aferro a su brazo derecho.

—Tuve un par de recaídas cuando llegamos, recordé algunos sucesos de los que no quisiera hablar. El recordar el lugar donde crecí y donde perdí todo me causa cierta nostalgia, todo se veía tan igual pero a la vez diferente. Fue difícil, muy difícil para mí no pensar en el pasado pero tenía a mi manada a mi lado así que en cierta forma ellos me daban fuerza para mantenerme firme. Al final terminé dejando de lado aquellos sentimientos de rencor y tristeza hacia aquella manada. –
Le comente a mi padre sin despegar la vista de sus manos.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora