CAPITULO 37

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¿LIBERTAD O ENGAÑO?

Narra ?

—Sigan caminado, estoy seguro que está cerca. –
Dice uno de los hombres.

—Pero ya no podemos más, no hemos comido en tres días. –
Dijo una mujer a mi lado.

—Debemos seguir, si paramos ahora y más aquí no lograremos escapar y nos atraparán. –
Dijo el mismo hombre mientras hacía a los demás caminar.

La mujer a mi lado iba a gritar nuevamente pero cayo de rodillas al suelo, ayude a levantarla.

—Gracias muchacho. –
Me dijo la mujer y yo solo asentí.

—¿Realmente crees que nos este llevando hacia donde dijo?–
Preguntó uno de mis amigos a mi lado.

—No lo sé. –
Le respondí.

Aunque yo sabía que hacía dónde nos llevaba no era nuestra salvación, nos llevaba de nuevo hacia los territorios de la manada Jiang.

Él era uno de los que la manada Jiang compró.

—¡Todos vamos a descansar! –
Grité y escuché muchos sonidos de satisfacción.

Excepto de una persona.

—¿Qué dijiste? ¡no nos detendremos! –
Gritó molesto ese hombre caminando hacia mí.

—Entonces sigue tú, ellos necesitan descansar. –
Le dije y me miró sorprendido.

—De acuerdo, pero solo un momento. –
Dijo para luego sentarse al lado de uno de los árboles y mirarme fijamente.

—Parece que se enteró que lo sé. –
Le dije a mi otro lado.
—¿Qué quieres que hagamos? –
Me contestó.
—Atraparlo. –
Le dije.
—¿Y después de eso? –
Me preguntó curioso.
—Este, tenía la idea de atraparlo y decirles a todos la verdad. –
Le dije y este solo río un poco.
—Atrápalo y en frente de todos diles lo que crees que hizo y luego la verdad. –
Me dijo y yo solo sonreí inconsientemente.
—Si necesito algo más o tú algo de mí nos volveremos a hablar. –
Le dije y corte la conexión.

[Espero que la gente no desconfíe de mí. ]

Pensé mientras comenzaba a caminar hacia algunos hombres un poco más grandes que yo.

—Disculpen...–los llamé y voltearon a verme molestos —...n-necesito decirles algo. –
Les dije y curiosos me escucharon mientras les decía mis suposiciones.

Minuto más tarde ya teníamos decidido un plan, uno donde ese hombre y el resto que estaban con él fueran atrapados.

[Claro que no se nos hubiese ocurrido sin ayuda de mi otro lado.]

Esperamos a que ese hombre comenzará a impacientarse por tardar tanto descansando, será ahí cuando atacaremos.

No fue mucho el tiempo que esperamos, observamos como él se levantó y miró hacia donde estábamos todos.

Las mujeres y los cachorros ya habían descansado y comido, aunque la mayoría de los hombres apenas y habían descansado.

—¡Vámonos ya! –
Grito el hombre.

—¿Porqué hay que irnos ahora? ¿podríamos descansar hasta mañana y así seguir hasta el anochecer? –
Pregunto uno de los que estaban de nuestro lado mientras se levantaba.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora