CAPITULO 6

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SENSACIÓN CONOCIDA

Narrador Omnisciente

En un día cualquiera un joven castaño se encontraba sentado observando fijamente el reloj de su computadora.

Él quería que su turno acabará para regresar a casa con su familia.

Cuando dieron las ocho en punto él junto con sus compañeros de trabajo salieron de una veloz manera de sus cubículos tomando con ellos su saco y maletín, corrieron para ver quién salía primero pero el joven castaño se detuvo antes de ganar.

—Esta sensación...de nuevo...–
Se dijo a sí mismo mirando hacia atrás mientras sus compañeros lo dejaban de lado.

Cuando por fin regreso en si se dio cuenta que ya le habían ganado y un poco decepcionado y confundido se dirigió al estacionamiento para subirse a su auto e irse en dirección a su hogar.

En su hogar le esperaba una joven pelinegro junto a un pequeño de un año castaño de ojos miel, una réplica pequeña de su padre.

El joven castaño llegó a su hogar y abrió la puerta viendo a su esposa darle de cenar a su pequeño hijo,  rápidamente se acercó a su esposa y la abrazó, la había extrañado.

Cenaron y fueron a dejar a su hijo a su habitación para que durmiera, luego fueron a sentarse al comedor ya que él le había dicho a ella que necesitaba hablar.

—Entonces que querías decirme. –
Le pregunto ella mientras lavaba los platos y vasos sucios.

—Yo...he sentido algo extraño en el trabajo. –
Le respondió el castaño comenzando a hablar.

—¿Qué tipo de extrañeza has sentido? –
Pregunto la pelinegra sin darle tanta importancia.

—Una sensación extraña y muy conocida para mí...– el castaño volteo para ver la reacción de su esposa al terminar la oración —...he tenido la sensación de que Daniella estaba ahí. –
Dijo y escucho caer un bazo al suelo quebrándose al momento en que tocó el suelo.

El castaño se levantó rápidamente al escucharlo quebrarse.

—¿Amor? ¿estás bien? –
Le pregunto mientras e acercaba lentamente.

La mujer volteo y entonces el castaño la abrazó, su esposa estaba llorando.

—¿Desde hace cuánto? ¿desde hace cuánto has sentido eso? –
Le pregunto la pelinegra ya más calmada.

—Desde antes de comenzar a trabajar ahí, fui a investigar si había trabajo y sentí a Daniella ahí así que entre a trabajar en ese lugar para investigar más, pero solo lo que encontré fue que si había una Daniella, pero no la que yo creía.

Me dijeron que era la nueva dueña de la empresa pero solo eso, que no la habían visto ya que tenían poco tiempo trabajando ahí y que raras veces dejaba ver su rostro, así que espere poder verla en un día de trabajo pero se desapareció diciendo que debía hacer unos asuntos fuera del estado, desde entonces las sensaciones han estado, siempre que estoy en esa empresa. –
Termino de explicar mientras veía a su esposa fijamente.

—Crees que ella está ahí ¿verdad?–
Le pregunto su esposa al castaño.

Éste la miró y afirmó sin desviar la mirada.

Ella se levantó de su asiento y comenzó a caminar de un lado para otro.

—Ella no puede estar ahí, ella debe de estar con la manada ¡mi hermana está con la manada a salvo! –
Gritaba la joven mientras que el castaño se lanzaba a sus brazos para tranquilizarla.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora