CAPITULO 21

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OTORGADO

Narra Daniella

Logré derrotar a mi otro yo, a mi oscuridad y ahora siento menos carga que antes, me siento libre.

Poseidón me ayudó a llevarme a un pequeño sofá, me sentó y me sonrió.

—Suerte. –
Susurro y yo no lo comprendí, hasta que Zeus llegó.

Se acercó a mí.

—Lograste derrotar a la materialización de tu oscuridad y a tu oscuridad...– dijo y yo solo lo observaba —...eres la indicada aunque no seas totalmente de mi progenie. –
Dijo y colocó su mano encima de mi cabeza.

Yo seguía algo confundida, no sabía lo que estaba haciendo.

—¿De qué está hablando? –
Le pregunté.

—Obtendrás un pequeño regalo de mi parte...–dijo y me sorprendí —...este te ayudará a que mantengas el control y a que tu cuerpo resista gran parte de tu poder. –
Dijo y yo solo baje el rostro.

Sonreí sin que me viera.

Sentí mi cuerpo arder, un pequeño dolor de cabeza y cerré mis ojos, podía sentir correr por mi cuerpo algo espeso, como si me hubiesen puesto encima una cubeta de pintura.

Pero esta ardía por dónde pasaba.

En unos segundos sentí mi pecho tibio nuevamente, aún más que antes y entonces abrí mis ojos.

Logré observar frente a mí el balcón en el que había estado y el sol frente a mí rodeado de nubes, mi cuerpo regreso a la normalidad y entonces me levanté.

Me sentía mejor.

—¿Te volveremos a ver por aquí pronto? –
Pregunto Zeus.

—Téngalo por seguro. –
Dije y sentí como caía a la tierra.

—Eres grande pequeña, recuérdalo siempre. –
Dijeron los tres dioses mientras caía.

[Lo recordaré. ]

Entonces vi el suelo, y caí de pie.

Levanté la vista y los ví, ví a mi manada a varios metros alejados de mi observándome.

Fue como si no hubiera pasado el tiempo en otro lugar y aquí se hubiera parado.

—D-Daniella...–
Dijo Peter apenas me vió.

Le sonreí y me acerque a él y a la manada.

—He vuelto manada. –
Dije y levanté los brazos.

—¡Alfa! –
Gritaron todos y se postraron con respeto frente a mí y Peter se me vino encima tumbandome al suelo para luego la manada entera caer encima de nosotros.

Podía sentir si felicidad a mi alrededor y eso, eso es lo que me hacía seguir adelante.

[Por todos ellos es que lo haré...

Por ellos es que la oscuridad será opacada por la luz de mi corazón. ]

Los abracé con más fuerza.

Ellos eran mi todo.

Narrador Omnisciente

Los dioses veían como Daniella aparecía en la tierra y como la abrazaban.

Los tres sonrieron por su felicidad y mandaron suerte hacia ella.

—¿Sigues dudando en que ella será la correcta? –
Le pregunto Poseidón a su hermano Zeus.

Este lo vió y miró hacia las nubes.

—El poder que le fue otorgado es una parte de mi arma, el rayo que solo yo puedo controlar...– dijo viendo en su mano su preciada arma —...lo que le he dado lograra mantenerla a raya y también le servirá como arma cuando logré domarla. –
Dijo sin quitar la vista de las hermosas nubes.

Poseidón y Atenea se alejaron del balcón en el que Zeus se quedó, comenzaron a caminar hacia la estancia del Olimpo.

—Ese poder...¿era para alguien más? –
Pregunto Atenea.

Poseidón la vio y luego a Zeus.

—Ese poder iba a ser otorgado a su hija, pero está no quiso nada de él y por ello fue desterrada, lo que Zeus no sabe es que Daniella tiene más sangre de un Dios que su propia primogénita, ella es la indicada. –
Respondió Poseidón.

Atenea sonrío.

—La pequeña niña se convirtió en toda una semidiosa con ese poder ¿cierto? –
Dijo Atenea.

—No...– dijo Zeus a sus espaldas haciendo que voltearan a verlo —...ella siempre a sido más que eso. –
Le respondió Zeus.

Ahora parecían estar bien, la pequeña guerra que hubo entre los cazadores ,ahora atemorizados por Daniella, y la manda Dark Night contra la nueva manada Magna había terminado, pero eso solo significaba más problemas.

—A Daniella le fue otorgada una gran responsabilidad, ella siempre lo ha sabido pero cada vez le ha sido más complicado mantenerse a raya y no liberar su gran poder destructivo cada vez que la provocan.

Temo por ella y por el mundo cuando la guerra llegué y por lo que presiento, será muy pronto. –
Decía la Diosa Luna mirando al horizonte.

Ella lo sentía, el mismo ambiente en el aire, frío, poderoso y oscuro, es lo que parecía avecinarse a la tierra.

Se repetiría, la misma guerra que ella detuvo siglos atrás volvería y sabía que acaba vez sería aún más difícil de terminar ya que ella no sería quien peleara.

Sabía que su pequeña podría lograr detenerla pero también podría desatará mil veces peor.

Pero...

Al soltar su aroma y un porcentaje de su poder logró ser localizada fácilmente por ciertos seres sobrenaturales deseosos por su poder.

—Pareciera que nuestra pequeña humana rechazada por los lobos se convirtió en más que una semidiosa, obtuvo gran poder y por ello es que ahora la deseo con más desesperación que antes. Quiero su poder y lo obtendré cueste lo que cueste. –
Dijo el líder de tales seres.

Tales seres eran nada más y nada menos que humanos, quienes vendieron su alma al mal, ahora son como demonios ansiosos de poder.

Ya no habrá más cazadores tratando de matarla, ya no habrá manadas intentando tenerla a su lado, ahora ella peleará contra seres aún peores.

Los humanos son masas llenas de odio, de rencor, de envidia, de oscuridad, y por mucho que lo intenten sería inevitable que un demonio los posea.

Los humanos son simples e insensibles, ellos no son fieles a los demás y siempre querrán más, jamás llenarán y ahora se han interesado en Daniella, no se librará de ellos hasta que dejen de existir.

Pero...¿Quién dice que será solo Daniella quien peleara contra estos seres?

Ella no está sola, jamás lo volverá a estar.

¿Porqué?

Porque ya fue rechazada desde pequeña, ahora es su momento de ser feliz y tener una familia que la ame, por eso.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora