CAPITULO 12

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LAS ESCONDIDAS

Narra Ángel Otero (el cazador)

Nos enteramos gracias a un contacto donde es que vivían aquellos monstruos, pero había algo mal cuando llegamos al lugar.

—No hay nada. –
Dije al aire mientras explorabamos el lugar.

Nos dijeron que se encontraba en el corazón del bosque de la ciudad vecina, pero no había nada.

—¿Señor? ¿qué prosigue? –
Me preguntó uno de mis primos.

Mire a mi alrededor y a mis hombres, estaban listos y armados para la lucha.

—Tal parece que no quieren salir, así que como no lo hacen nosotros haremos que salgan, traigan el C4. –
Ordené a todos y en menos de media hora ya estaba todo listo, así que procedimos a hacerlos explotar.

En cuanto todo comenzó a volar en pedazos logré escuchar motores y ruedas de auto, además de que mis hombres me dijeron que algunas personas salieron de entre la maleza en autos.

Entonces comenzamos a seguir a los autos con nuestras camionetas, todos iban detrás de mí mientras perseguimos a las dos camionetas y un auto deportivo muy bonito.

—Señor, tenemos en la mira a la chica que nos dijeron. –
Dijo a mis espaldas uno de mis hombres.

—Si la tienen en la mira ¡disparen! –
Ordené y se escuchó el disparo y el cristal roto.

El auto frente a nosotros no paro o se desvió así que le pase el volante de mi camioneta a mi mano derecha y tome los binoculares para observar.

Le habían disparado a otra chica detrás de la que debíamos de asesinar.

Bufé molesto, tome la radio para avisarles a los demás que seguiríamos persiguiendo a los autos.

Entonces cuando llevábamos unos minutos los autos frente a nosotros aceleraron en una curva y de la nada desaparecieron, luego de unos minutos logré verlos estacionados a lo lejos así que paramos a su lado.

Parecía que habían entrado a lo que parecía una escuela así que los seguimos, pero después de unos minutos rondando por toda la escuela y vigilandola no encontramos a nadie.

Entonces buscamos a los alrededores y encontramos lo menos que habíamos pensado, huellas. Eran varias personas y solo una salía de la escuela.

—Malditos, son listos. –
Dijo mi mano derecha.

Bufé molesto me senté en las escaleras de afuera de la escuela, pensativo.

Luego de unos segundos me levanté y regresé a la camioneta.

—Todos a las camionetas, mañana iremos al centro de este pueblo y lo investigaremos ya que a quienes perseguimos parece que fueron hacia allá. –
Ordené y todos asintieron.

Mañana los encontraremos.

Narra Daniella

Tal parece que logramos huir de esos hombres, así que lo mejor será no regresar a la mansión por unos días.

—¿Daniella? –
Escuché a mis espaldas.

Voltee a ver quién me llamaba y entonces me di cuenta.

Riro y Elena estaban abrazados a su hijo, Ramón y Lila estaban sentados en el suelo abrazados también, Harry y Mark agarrados de las manos viéndose entre sí mientras que Rey y Peter se me quedaban viendo y Cristal estaba encima de un árbol viendo el cielo.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora