¿Dejarán de rechazarme?

CAPITULO 73

SE APROXIMA

Narra Daniella

Recargo mi cabeza sobre mis brazos encima del escritorio frente a la computadora, la presión que siento estos últimos días a aumentado. En la empresa ha ocurrido una situación que me favorece, ocurrió que los responsables del edificio de la empresa NIRO en Madrid, España han reportado algunos problemas al momento de la construcción desde hace unas semanas y la persona que iría a supervisar cayó enferma hace un par de días. Por suerte me enteré antes de que mandaran a alguien más y yo me dispuse a ir en su lugar, por ende el trabajo que se supone que haría en los días próximos lo estoy adelantando todo lo que puedo.

 —Estoy cansada... –
Digo con un suspiro al final.

Siendo así la situación la carga laboral aumento casi al doble y eso ocasiona que mi cabeza no soporte tanta presión, por ende el cansancio se acumula en mi cuerpo.

Levanto la vista y camino hacia la gran ventana a mis espaldas para evitar caer dormida. Escucho como todos están entrenando, las risas de las familias a lo lejos y la felicidad de todos me saca una sonrisa. 

[Falta menos de una semana para que la reunión de alfas llegue y estamos dudando en quienes llevar. Mi padre, Mark, Peter y yo es obvio que iremos pero la invitación pide como máximo a seis personas y con nosotras ya somos cuatro. Alberto era la persona número cinco hasta que hace unos días nació el nuevo integrante de la familia, así que se ha puesto agresivo y sobreprotector sobre Lila y el cachorro. 

Mi padre me explico que era algo normal en el alfa actuar de esa manera cuando su omega tenía cachorros, pero que Alberto esta a un nivel de agresividad demasiado alto y anormal. Así que como alfa de la manda debería de ir a disciplinar y que me deje ver a Lila y al cachorro, ni siquiera Ramón ha podido entrar a su habitación. ]

—Alfa. –
Escucho a mis espaldas y doy media vuelta para ver a Mark en la puerta asomándose.

—¿Pasa algo? –
Le pregunto y él niega cerrando la puerta a sus espaldas luego de pasar dentro.

—Es solo que, Ramón... –
Divaga Mark en decírmelo y yo asiento entendiendo lo que me quiere decir.

—No solo es él, no han pasado más de un día desde que aquel nuevo integrante de la manada nació y no han logrado verificar si se encuentran madre e hijo saludables ¿vendrá el doctor a revisar el estado de salud más tarde? –
Le pregunto a Mark y él niega.

—En realidad, acaba de llegar y esta esperando en la entrada de la mansión. –
Me respondió Mark y yo lo mire sorprendido.

—¿Y porqué dudabas en decírmelo? dejemos que suba a la habitación de Lila y Alberto, hoy entrará a ver como se encuentran. –
Le dije y él asintió confundido.

—D-De acuerdo, pero ¿cómo es que-- –
Me pregunta y yo le sonrío interrumpiendo su pregunta.

—Vamos. –
Le digo acercándome a él y ambos caminamos hacia la habitación de Lila y Alberto.

Cuando llegamos frente a la puerta el doctor, entre todos los miembros de la manada solo había un cambiaforma felino que tenía conocimientos sobre medicina y es quien nos ha ayudado a asesorarnos cuando ocurre algún accidente. 

Se supone que él apoyaría en el parto de Lila y el cachorro, pero me contaron que Alberto se puso tan agresivo que ni siquiera logro revisar la salud de ambos. Y como yo no me encontraba presente no me enteré de nada hasta el día de hoy.

Me pare delante de la puerta y antes de tocar gire mi mirada hacia todos los presentes, Mark, Ramón, Abram y el doctor miraban mi mano.

—Abram, Ramón, por favor. –
Dije y con mi otra mano les dije que se fueran, los tres me miraron confundidos y Ramón a regañadientes se fue siendo arrastrado por Abram.