Capítulo 83

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DRACO

—Vamos, Bella, ¿por qué estás tardando tanto? —grité, impaciente. Una cosa que siempre me llamaba la atención de Bella era su constante necesidad de lucir perfecta, sin importar lo que estuviéramos haciendo o a dónde fuéramos.

No sé por qué, pero siempre pensaba que se veía mejor por la mañana, sin todas esas cosas adicionales.

—¡Cálmate, Draco! Si voy a morir o terminar en Azkaban, al menos quiero verme bien —respondió mientras seguía arreglándose.

—Me estás empezando a sacar de quicio. Nos estamos quedando atrás y tú pensaste que era aceptable tomar una ducha de 50 minutos —exclamé mientras me ponía la chaqueta y ocultaba mi navaja en el interior—. Me voy, adiós y buena suerte —añadí, dirigiéndome hacia la puerta. En cuestión de segundos, Bella salió corriendo tras de mí. Rodé los ojos, incluso se dio tiempo para lavarse el cabello—. Eres ridícula —murmuré.

Ella me mostró el dedo medio y se aplicó un poco de brillo de labios. ¡Brillo de labios! En ese momento sentí que estaba cruzando un límite. Me acerqué a ella y le quité el maquillaje de la mano.

—¿Qué diablos, Draco? —exclamó, frunciendo el ceño.

—No, ¿qué te pasa? ¿Por qué necesitas esto? —pregunté, sosteniendo el delgado recipiente en mi mano.

—Porque mis labios están secos. Esa es una pregunta estúpida —se rió, me quitó el maquillaje y siguió aplicándose más. En ese momento, me prometí a mí mismo que tiraría toda esa mierda una vez que termináramos la tarea.

—Me voy, te estás tardando demasiado —dije impaciente.

—No, espera —respondió ella quitándose el maquillaje y encogiéndose de hombros. Bella ató su varita a su muslo, asegurándola en su lugar. No entendía por qué pensaba que era un buen lugar para guardar una varita cuando su falda era tan corta.

Suspiré y me apoyé contra la puerta. Ella corrió hacia el espejo y arregló su cabello. Por el amor de Merlín.

Respiré profundamente y exhalé lentamente, diciendo: "Si tengo que decirte que te apures otra vez, Bella..."

—Está bien, está bien —se rió, mientras se giraba hacia mí—. ¿Cómo me veo?

—Igual que todos los días —respondí.

—Wow, gracias, Draco. ¿Qué hice para merecer un novio tan encantador?

—Deja de ser tan dramática —escupí mientras abría la puerta. Pasó a mi lado y me esperó afuera. Cerré la puerta detrás de mí y la vi parada allí con los brazos cruzados, evitando mirarme—. Arregla esa actitud —le dije.

—Si me haces un cumplido, tal vez me dé prisa —respondió Bella, tratando de provocarme. Realmente estaba empezando a irritarme con su actitud. La miré y negué con la cabeza. No podía negar que se veía hermosa, pero este no era el momento para hacer cumplidos. Aun así, sabía que tendría que lidiar con esta actitud durante el resto de la noche.

Suspiré y decidí darle un cumplido para que se callara de una vez por todas.

—Te ves... increíble, espectacular, fuera de este mundo, maravillosa —dije en tono sarcástico. Ella levantó la mano para evitar que continuara.

—Lo que sea —dijo con desdén.

—Me pediste un cumplido, ahí tienes tu cumplido. No quiero escucharte quejarte de nuevo —le dije con frustración.

—¿Y si lo hago? —Frunció el ceño, sus ojos entrecerrados.

—Cariño, tu boca estará tan ocupada esta noche que ni siquiera podrás quejarte, así que sigue adelante —respondí con una sonrisa maliciosa. Su boca se cerró de repente y la besé en las mejillas, que ahora estaban enrojecidas—. Vamos —le dije.

Desnudos | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora