ARABELLA
—Ese es mi propósito.
La mano de Draco ascendió por mi columna vertebral, enviando escalofríos placenteros por todo mi cuerpo. Sus dedos dejaron un rastro de calor al deslizarse hacia abajo.
—Le dijiste que estaba aquí —susurré, jugueteando con mis dedos mientras los observaba.
Draco suspiró y con su dedo índice levantó suavemente mi barbilla, obligándome a encontrarme con sus ojos.
—¿Qué está pasando, Draco? —pregunté, evitando su mirada directa. Aunque nuestras cabezas estaban alineadas, no quería enfrentarlo.
—Quiere a Potter muerto, y a ti también —murmuró, apretando y luego relajando la mandíbula ante sus propias palabras.
Lo había sospechado desde el principio. La amenaza colgaba sobre nosotros como una espada de Damocles. Sin embargo, la realidad de la situación me golpeó de lleno. Suspiré y asentí en silencio.
—Si viene aquí, nuestras probabilidades de salir con vida son mayores. Él está protegido en la mansión, pero tú no —explicó, colocando ambas manos a cada lado de mis muslos y trazando pequeños círculos reconfortantes. Me aferré a sus palabras, hallando consuelo en su tacto.
—Este lugar no parece ser muy seguro —dije, frunciendo el ceño ante nuestra situación preocupante.
—Créeme, este es el lugar más seguro para ti —respondió, inclinándose hacia adelante para darme un suave beso en los labios. Sacudí la cabeza, sintiendo la urgencia de no minimizar el peligro que enfrentábamos.
—¿Y tú? ¿Cómo te mantienes a salvo? —pregunté con voz temblorosa.
—Estoy aquí, ¿verdad? No te preocupes por mí —dijo con una risa suave, besando primero mi mejilla y luego mi frente con ternura.
—Lo estás haciendo otra vez —comenté, frunciendo el ceño. Draco levantó una ceja en señal de confusión y luego negó con la cabeza.
—¿El qué? —preguntó.
—Actuar como si lo que está a punto de suceder no fuera importante, como si ser torturado por él estuviera bien. Finges que no te importa, que no tienes miedo, pero sé que estás...
—Bella... —comenzó a decir, pero lo interrumpí suavemente.
—No, está bien si estás asustado. No necesitas fingir más. Deja de fingir, Draco —le dije con voz suave pero firme. Su pecho se alzó mientras soltaba un suspiro tembloroso—. Estoy aquí contigo, siempre —añadí, queriendo que comprendiera que podía mostrarse vulnerable a mi lado.
Draco asintió rápidamente antes de recostar la cabeza en mi pecho.
—Te extrañé mucho —susurró, sus palabras apenas audibles a través del grueso tejido de mi suéter, pero resonaron claramente en mis oídos.
—Yo también te extrañé —respondí sinceramente, permitiendo que mis palabras se perdieran en el silencio compartido entre nosotros.
—No, lo digo en serio, Bella. Te extrañé de verdad. No creo que puedas comprenderlo completamente —expresó, alzando la cabeza para que pudiera ver su rostro claramente. Sus ojos se deslizaron rápidamente de mis labios a mis ojos, y percibí la intensidad de su mirada.
—Draco... —traté de hablar, pero él me cortó, su voz cargada de emoción.
—Soy adicto a ti, ni siquiera puedo racionalizar con claridad. Sé que no es saludable, pero es inevitable. Nunca te dejaré de amar, así que no intentes persuadirme para que cambie —confesó, revelando sus emociones más íntimas.
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Desnudos | Draco Malfoy
FanficArabella Roseberry, una joven expulsada de la prestigiosa escuela de magia Beauxbatons, se enfrenta a un futuro incierto. Sin embargo, está decidida a no dejar que nada se interponga en su camino. Todo cambia cuando se cruza en su camino el misterio...