ARABELLA
No podía creer que me hubiera cerrado la puerta en la cara. Sabía que podía ser un cretino, pero esto era algo completamente diferente. Me levanté lentamente, tratando de recobrar el equilibrio. Maldición, me sentía muy débil. Intenté abrir la puerta, pero obviamente él había puesto seguro.
—¿Bell, estás bien? —preguntó Astoria corriendo hacia mí cuando entré en nuestro dormitorio. Pansy frunció el ceño, observando mi brazo vendado. Vi cómo sus ojos se abrieron de sorpresa y luego su rostro se volvió inexpresivo de nuevo.
—Estoy bien —respondí.
—No te ves bien. ¿Has estado llorando? —Sostuvo mi rostro, examinando mis rasgos—. ¿No tiene que ver con Malfoy, verdad? ¡Merlín, lo mataré!
—Estoy bien, de verdad —aseguré.
—Bell, deja de mentir. Estás toda roja y tus ojos están hinchados...
—¡Dije que estoy bien! —grité. Ella se sobresaltó y asintió, alejándose de mí.
—Vuelvo enseguida —murmuró Pansy mientras salía apresuradamente de la habitación.
Inmediatamente me dirigí al baño, sintiendo una mezcla de ira y frustración que hacía que mi respiración fuera inestable. Agarré el fregadero con fuerza, mis nudillos se volvieron blancos por la tensión. No entendía por qué me sentía tan enfadada, era una combinación de muchas cosas: él, mis padres, su horrible familia y, para empeorar las cosas, esta maldita marca que llevaba.
En ese momento, la persona con la que más necesitaba desahogar mi rabia era Theo. Abrí la puerta del dormitorio, encontrándome con la mirada preocupada de Astoria.
—Bell...
—¡Cállate, Astoria! ¿Por qué eres tan irritante? ¡No me sorprende que Blaise ya no te quiera! —grité.
Vi las lágrimas brotar de sus ojos. Mi boca se cerró de golpe, pero no me arrepentí de lo que había dicho. Ya no podía seguir mintiendo.
—¡Vete al diablo, Arabella!
Saliendo furiosa de la habitación, me encaminé hacia el dormitorio de los chicos. No sabía si él estaría allí, pero estaba decidida a averiguarlo. Agarré mi varita con fuerza mientras golpeaba la puerta. Después de unos momentos, la puerta se abrió y me encontré con Blaise sin camisa, sus ojos medio cerrados y un bostezo escapando de su boca.
—¿Hay alguna razón por la que estás golpeando mi puerta con tanta fuerza? No me ves golpeando la puerta cuando tú y Malfoy están haciendo ruido —gimió Blaise. Rodé los ojos ante su último comentario.
—¿Está Theo aquí?
Blaise giró la cabeza, escaneando la habitación.
—No, no está.
—¿Estás seguro? —pregunté de nuevo, necesitando asegurarme de que no se había perdido algo.
—Tengo ojos y funcionan perfectamente, estoy seguro de que Theo no está aquí, a menos que esté escondido en la cama de Crabbe —respondió con tono sarcástico.
—Bien. —Asentí, dándome la vuelta para encontrarme cara a cara con la persona que más deseaba ver en ese momento.
—Si hubiera sabido que estabas tan desesperada por verme, habría regresado antes. —Theo sonrió.
No pude contener mi rabia y lo empujé hacia atrás. Blaise negó con la cabeza y murmuró un "buenas noches" antes de cerrar la puerta. Alcé el puño y lo golpeé directamente en la nariz, escuchando un crujido. No estaba segura si el ruido provenía de mi nudillo o de su nariz. Una mueca de dolor apareció en nuestras dos caras.
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Desnudos | Draco Malfoy
Fiksi PenggemarArabella Roseberry, una joven expulsada de la prestigiosa escuela de magia Beauxbatons, se enfrenta a un futuro incierto. Sin embargo, está decidida a no dejar que nada se interponga en su camino. Todo cambia cuando se cruza en su camino el misterio...