Desnudos | Draco Malfoy

Capítulo 30

DRACO

—Entonces, ¿eres hijo único? —me preguntó Bella mientras continuábamos nuestra larga conversación en mi habitación. El tiempo había pasado sin que nos diéramos cuenta, y ahora el exterior estaba oscuro. Habíamos perdido el almuerzo y la cena, pero eso no importaba, ya que nuestras conversaciones eran más interesantes.

—Sí, Bella —respondí con una sonrisa.

A veces, odiaba ser hijo único, pero otras veces lo disfrutaba. En este momento, sin embargo, deseaba tener un hermano mayor debido a la situación que estaba ocurriendo en mi hogar.

—Para ser honesta, ya lo sabía —afirmó ella.

—¿Cómo?

—Tu apellido es bastante famoso, especialmente en familias de sangre pura —me explicó. Se acostó de espaldas, mirando el techo—. Tu familia tiene una historia que se remonta a siglos atrás, así que sabía que eras hijo único y el único heredero de la familia Malfoy. —Me miró con una sonrisa.

—Apuesto a que no sabías que su único heredero te haría sentir placer todas las noches —le dije con una sonrisa. Ella se sonrojó.

—No, no lo sabía —dijo mientras se mordía el labio—. Eres la única persona capaz de hacerlo. Aparte de ti, solo he estado con otros dos chicos antes y fueron una decepción —explicó.

Los celos comenzaron a invadirme, me molestaba la idea de que alguien más hubiera tenido a Bella antes que yo.

—Es fácil hacerte llegar al orgasmo, Bella —comenté con cierta diversión.

—Uf, vete a la mierda. —Me miró con enojo.

—Esos otros chicos probablemente no tenían experiencia. Quiero decir, si supieran cómo complacer a una mujer, no sería difícil hacer que se corra —agregué con un tono de superioridad.

—Probablemente... o tú tienes mucha experiencia, Malfoy. —Sonrió de manera irónica.

—No me gusta que me llames así, lo sabes —respondí, dejándole claro que prefería que me llamara Draco, ya que era algo más personal. Que se dirigiera a mí como Malfoy me hacía sentir como si fuéramos extraños.

—Lo siento. Quiero decir, probablemente te has acostado con todas las chicas de Slytherin de nuestro año y los superiores. —Resopló, mostrando cierta incomodidad.

—Sí... bueno, la mayoría de ellas —admití, sin intención de ocultar mi reputación. No tenía sentido hacerlo.

Ella me miró, sus ojos reflejaban tristeza.

—Pero eso fue antes de ti, Bella —traté de consolarla—. No tienes nada de qué preocuparte, no sé por qué te estás atormentando tanto con esto.

—Es difícil no pensar demasiado cuando todas te han experimentado como yo —murmuró con tristeza.

Sus palabras resonaron en mi mente, sabía que tenía razón en cierto sentido. Pero cuando estaba con ella, todo era diferente.

—Estás siendo ridícula —respondí con un tono de frustración.

Ella suspiró y se sentó, dando a entender que tal vez era hora de terminar la conversación.

—Lo que sea. De todos modos se está haciendo tarde, debería regresar a mi habitación —dijo mientras se cruzaba de brazos, tratando de mantener la compostura.

Mi paciencia se estaba agotando y no pude evitar soltar una frase cargada de irritación.

—¿De verdad vas a hacer de esto una cosa? Joder, Bella, puedes ser realmente infantil.