ARABELLA
Los últimos días habían sido extraños, por decir lo menos. Me había dado cuenta de que apenas había visto a Draco. No quería pensar que me estaba evitando, pero los hechos parecían indicarlo. Me preguntaba constantemente si había hecho algo mal. ¿Acaso me había mostrado demasiado necesitada? ¿Ya no era lo que él quería? A pesar de todas estas dudas, decidí darle el espacio que necesitaba, aunque no necesitara que me lo dijera, estaba bastante claro.
A medida que se acercaba el fin de semana, me di cuenta de lo difícil que iba a ser este año. Mi trabajo era complicado y, aunque intentaba concentrarme, no podía evitar preocuparme por Draco. Cuando estábamos en la misma habitación, notaba cómo evitaba mirarme. No me tocaba, y parecía ser una persona completamente diferente.
Fue en ese momento que la voz de Theo me sacó de mis pensamientos.
—Entonces, ¿ustedes hacen fiestas? —preguntó curioso. Astoria soltó una risa burlona.
—No hagas preguntas estúpidas, Theo.
Theo pareció ignorar su comentario y se dirigió a mí.
—Bells... Arabella, quiero decir, ¿estás bien? —Me miró con preocupación.
Hice una pausa antes de responder, intentando ocultar mi angustia.
—Sí, estoy bien. Creo que me vendría bien una fiesta —murmuré, tratando de ocultar mis verdaderos sentimientos.
La emoción se apoderó de Astoria mientras nos reuníamos para discutir nuestros planes.
—Vamos a organizar una fiesta —anunció entusiasmada—. Escuché que los muggles celebran Halloween de manera diferente a nosotros. Se disfrazan de cosas aterradoras, como fantasmas y hombres lobo, ¡incluso de brujas! —añadió riendo. La idea me emocionó.
—Suena divertido, pero ¿de dónde vamos a sacar todos los artículos para la fiesta? —pregunté, tratando de encontrar una solución.
Astoria sugirió que podríamos encontrar cosas en Hogsmeade.
—Estoy segura de que hay tiendas que venden artículos de Halloween —dijo con seguridad. Theo intervino con un tono sarcástico.
—No estoy seguro de que la casa de Slytherin esté interesada en celebrar algo que los muggles hacen.
Astoria resopló en acuerdo, pero no se dejó desanimar.
—Pero podríamos tener nuestra propia fiesta de todos modos, ¿no? —propuso, mirándonos con determinación.
La idea nos emocionó a todos, y Astoria comenzó a aplaudir. Nos sentamos durante aproximadamente una hora, discutiendo emocionadamente sobre cómo decorar el lugar, a quién invitar y cómo contrabandear whisky de fuego a la escuela sin ser descubiertos. Theo se ofreció de voluntario para encargarse de ese último detalle, lo cual nos dejó a Astoria y a mí para ocuparnos del resto de los preparativos.
Después de haberlo planeado cuidadosamente, nos dirigimos al comedor para disfrutar de una cena tranquila. Al llegar, nos dimos cuenta de que Blaise ya estaba allí, acompañado de Crabbe y Goyle, pero Draco brillaba por su ausencia. Un suspiro escapó de mis labios mientras me sentaba junto a ellos.
—¿Lo has visto? —preguntó Blaise, a lo que negué con la cabeza.
En ese momento, Astoria llamó nuestra atención al dirigir su mirada hacia la entrada del pasillo. Draco había llegado, pero se le veía agotado, con una palidez preocupante y una expresión de ira en su rostro. Se acercó a la mesa sin sentarse junto a ninguno de nosotros. Astoria me miró con confusión y encogí los hombros, incapaz de darle una respuesta cuando ni siquiera sabía qué le pasaba. Blaise se levantó y se acercó a él, tomando asiento frente a Draco.
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Desnudos | Draco Malfoy
Hayran KurguArabella Roseberry, una joven expulsada de la prestigiosa escuela de magia Beauxbatons, se enfrenta a un futuro incierto. Sin embargo, está decidida a no dejar que nada se interponga en su camino. Todo cambia cuando se cruza en su camino el misterio...