Desnudos | Draco Malfoy

Capítulo 37

DRACO

Inhalé profundamente, dejando que el aroma del cabello de Bella impregnara mis sentidos. No tenía idea de qué hora era, pero sabía que era temprano. Aunque aún estaba oscuro, sabía que el sol haría su entrada pronto.

Sorprendentemente, no había tenido ninguna pesadilla anoche, tal vez porque Bella estaba aquí, quién sabe. No sabía qué nos depararía el futuro, si seguiríamos como antes de exponer a Potter o si retrocederíamos. Lo único que sabía era que no podía confiar plenamente en ella, pero tampoco quería alejarme de ella.

¿Cómo podría estar seguro de que no me haría daño de nuevo, ya sea que tuviéramos una relación íntima o no? A pesar de todo, aún la consideraba mi amiga. Necesitaba confiar en ella, tal vez debería decirle que deberíamos seguir siendo solo amigos. Sin embargo, la sola idea de que ella estuviera con otra persona me enfurecía.

Bella se movió, aunque aún estaba dormida, el roce de su trasero con mi entrepierna despertó algo más en mí. ¿Cómo podía traicionarme mi propio cuerpo de esta manera? Nunca antes había experimentado algo así con alguien. Todas las demás chicas con las que había estado eran fáciles de conquistar, pero Bella era diferente. Su forma de comportarse despertaba en mí una atracción mucho más intensa.

Se movió nuevamente, esta vez presionando con más fuerza, sabía exactamente lo que estaba haciendo. Envolví mi brazo alrededor de su cintura, atrayéndola hacia mí para que sintiera plenamente cómo me afectaba. Quería que sintiera el poder que tenía sobre mí.

—Draco —susurró ella con voz somnolienta.

Respondí besando su hombro desnudo mientras mis brazos se deslizaban alrededor de su pecho. Mi mano encontró su camino hacia su pezón, apretándolo suavemente antes de comenzar a masajearlo. Sus muslos se rozaban entre sí, revelando su excitación y humedad. Un gemido escapó de sus labios ante mi contacto, lo que solo aumentó mi erección.

Deslizando mi mano por su abdomen, separé sus muslos, apartando su ropa interior y revelando su sexo ya empapado. Con movimientos circulares, acaricié suavemente su clítoris, haciendo que su cabeza se inclinara hacia atrás en mi hombro y sus ojos se cerraran en éxtasis.

—Joder, Bella, quiero estar dentro de ti —susurré con voz ronca.

—¿Qué estás esperando? —murmuró, volviendo la cabeza para besarme suavemente. Luego, acarició mi erección a través de mis bóxers.

—Sácalo —gruñí en su oído, deseando su tacto. Ella obedeció, liberando mi pene y empujando hacia abajo mis bóxers.

Levantando una de sus piernas, la envolví alrededor de mi cintura y alineé mi miembro con su calor. Jugueteé un poco, deslizando mi punta hacia arriba y hacia abajo por su entrada, provocándola aún más.

—Por favor —gimió, suplicante. Un poco de risa se escapó de mis labios.

—Tienes un coño insaciable —le susurré, excitado por su respuesta.

—Vete a la mierda —gimió cuando mi polla la penetró lentamente, disfrutando del contacto íntimo.

Mi ritmo era lento, dejando besos húmedos en su espalda mientras me movía dentro de ella. Metió la mano detrás de ella y pasó sus dedos por mi cabello, aumentando aún más la intensidad del momento. Su respiración se volvió pesada, y sus jadeos eran música para mis oídos.

—Extrañé esto —gimió, expresando el placer compartido. Aceleré mi ritmo, respondiendo a su deseo y provocando gemidos más fuertes.

—Draco, ¿dónde has estado todo este tiempo? —gritó Skye, irrumpiendo en la habitación.