Capítulo 97

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ARABELLA

Fue una noche inquieta la que me premió como resultado de romper con Draco Malfoy. Me encontré con los ojos enrojecidos, un dolor de garganta y una implacable jaqueca. Aunque el insomnio y las lágrimas habían sido compañeros inquebrantables, sentí que me quitaban un peso de los hombros. Por fin podía pensar sin la interferencia de sus pensamientos intrusivos.

Fue difícil para mí pensar de esa manera, especialmente porque él era la única persona a la que amaba, tal vez incluso más que a mí misma. Pero no podía confiar en él. Las mentiras con las que me había alimentado y la facilidad con la que me manipulaba me mostraban todo lo que necesitaba saber. No volvería a él hasta que cambiara, hasta que aprendiera a dejar de ser tan controlador.

Las palabras contundentes de Astoria me golpearon con la realidad, y aunque al principio me encontraba a la defensiva, no podía negar la veracidad de todo lo que ella había expresado.

—Bell, es crucial que comprendas nuestra perspectiva... —Astoria hizo una pausa y luego miró hacia Pansy—. Especialmente la mía. —Respiró hondo y posó su mano en mi hombro. Aunque sus ojos reflejaban sinceridad, sus palabras resonaban con celos y resentimiento.

—Continúa. —Me acurruqué en mi cabecera, tratando de mantener cierta distancia. Los toques innecesarios en mi espalda evidenciaban la lástima que sentía por mí.

Me hacía sentir estúpida, como si estuviera revolcándose en un "te lo dije" antes de intentar consolarme.

—Recuerda cuando viniste a Hogwarts por primera vez, eras amiga de Harry —comenzó, y asentí recordando esos momentos agradables—. Fue él quien te obligó a dejar de hablar con ellos, te expuso frente a todos, te trató como basura...

Fruncí el ceño.

—Astoria, ¿realmente es necesario volver a todo esto?

—Sí, necesito que veas lo que nosotras vimos. Regresaste corriendo hacia él tan pronto, a pesar de todo lo que te hizo, Bell. —Su voz se quebró al final de la frase y extendió sus dedos hacia mi cabeza, pero me aparté antes de que pudiera tocarme.

—Fui... tonta —murmuré, desviando la mirada hacia Pansy, quien estaba sentada al final de mi cama, con las piernas cruzadas y la cabeza inclinada, mirando hacia su regazo.

—Tal vez... Bueno, déjame mencionar la vez en que Theodore vino. Draco odiaba que hablaras con él. —Sus ojos se desviaron al mencionar su nombre.

—Es celoso —respondí, siendo franca, ya que se lo había mencionado en varias ocasiones.

—¿Y qué hay de cuando descubriste que era un mortífago? Te mintió para ayudarlo a reparar ese armario, Bell. —Su voz se elevó, negó con la cabeza y se burló—. Sin duda, un novio ejemplar.

—Él... estaba asustado, Astoria.

—¡Deja de justificarlo! Ese es el problema, no lo estás entendiendo. Él te miente y tú no te lo mereces, nunca lo has hecho. —Entrecerró los ojos y se pellizcó el puente de la nariz. Agarró mi muñeca y subió bruscamente la manga de mi suéter, revelando la tinta negra que aún estaba profundamente grabada en mi piel—. ¡Mira esto, Bell!

Rápidamente retraje mi brazo y bajé la manga de mi suéter.

—Astoria, fue Theo quien me llevó esa noche, no Draco.

—¡No me importa lo que haya hecho Theo, nunca habrías estado en ese lío si no fuera por Draco! —Astoria se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro—. Por Merlín, ¿realmente te ha corrompido, verdad? ¿Estoy en lo correcto, Pans? —Volteó la cabeza para mirar a Pansy, cuyos ojos aún estaban fijos en su regazo—. Pansy... —repitió, golpeteando con el pie y esperando una respuesta.

Desnudos | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora