53 |La realidad del mundo|

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Ahora que estamos grabando las últimas escenas de la película El Sótano he decidido enfocarme en la premier, pues es la primera que tendré y quiero que sea algo especial, inolvidable, perfecta

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Ahora que estamos grabando las últimas escenas de la película El Sótano he decidido enfocarme en la premier, pues es la primera que tendré y quiero que sea algo especial, inolvidable, perfecta.

Y el inicio de todo eso, es tener el vestido perfecto.

En New Wolf no hubo algo tan ostentoso como se hará para El Sótano, que es una alfombra roja con periodistas, entrevistas, fotografías, sala de cine llena, o eso me prometió Julie hace unas semanas. Si no es verdad, si no se realiza esto, poco o nada me importa porque iré a ver la película luciendo mi vestido soñado.

Cuando estaba por cumplir quince años, soñaba con el típico vestido que usan las quinceañeras en la rosa de Guadalupe y la verdad es que pensé mucho en esa opción para esa gran noche. Me imaginé luciendo un pomposo vestido que apenas me dejara caminar y respirar, que nadie pudiera acercarse a mí porque es demasiado amplio, demasiado extravagante.

Pero no, ese vestido se quedará en mi cabeza, pues el diseñador de esta pequeña tienda que me recomendó Crystal me dio una opción mucho mejor.

—Creo que habrá que cortar aquí. —Habla Rodolfo, el diseñador que se ha encargado de darme un nuevo sueño de vestido para este gran día. —Si, efectivamente hay que cortar. —Se levanta del suelo donde mide la parte inferior del vestido, que me queda demasiado largo, y observa a Philip, su asistente. —Tráeme las tijeras, por favor.

Philip asiente dejando de lado la libreta donde toma los apuntes que Rodolfo le indica y me da un mirada tímida, luego se retira corriendo por las tijeras, tropezando con un mueble en el proceso.

Crystal afirma que Philip tiene un crush en mí, yo creo que solamente es tímido. Él es lindo, unos cuantos años menor que yo, pero no lo suficiente para que al estar a su lado yo parezca una asaltacunas, tiene los ojos de un verde intenso y el acné le cubre las mejillas, pero tiene la piel tan perfecta en la zona T que es una combinación extraña. Tiene mi misma estatura, sin embargo, se ve pequeño por lo delgado que es.

Philip es lindo, tiene algo que llama la atención. Tal vez sea su timidez que lo hace parecer adorable y me pregunto ¿Yo cuando era un ratoncito asustado me veía tan tierna y llamativa? Porque eso explicaría muchas cosas.

Él vuelve con las tijeras y se las entrega a Rodolfo, que sin aviso corta la parte inferior de mi vestido, dejándome con la boca abierta.

—Ahora sí. —Alaba su trabajo mientras yo sigo pasmada de que se haya atrevido a hacerlo de esa forma, pero él es el experto, yo ni siquiera puedo meter el hilo en el agujero de la aguja. —Creo que por hoy hemos terminado. —Habla viéndome desde su posición en el suelo. —Puedes quitártelo si gustas.

Yo le doy una sonrisa, asiento y mientras Crystal revisa los vestidos de fiesta buscando algo que le quede, yo me voy al pequeño vestidor a quitarme el vestido.

Esta tienda es pequeña, sin embargo, en cuanto entré todo me encantó y quise llevarme todo lo que pudiera encontrar. Crystal me la recomendó, afirmando que aquí pedía que hicieran sus vestidos para las galerías de arte de su papá porque la calidad era indiscutible, además, muchos de los vestidos son exclusivos porque brotan de la cabeza de Rodolfo.

Roommates {Joseph Morgan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora