30 |Curiosas dudas|

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Hay muchas cosas bellas en este mundo, demasiadas para contarlas

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Hay muchas cosas bellas en este mundo, demasiadas para contarlas.

Pero ver a Joseph cocinar cosas navideñas con mi abuela es una de las mejores que he visto y claramente veré en toda mi vida.

Él se la vive diciendo que su familia me ama más a mí que a él, pero ahora estamos empatados, porque la mía parece adorarlo y eso que solo lo presenté hace un par de horas como mi amigo y ya mi abuela me lo robó.

Están en este preciso con una especie de intercambio de recetas con señas porque no se entienden muy bien el uno al otro, pero aparentemente eso de "la comida no necesita palabras" es real, porque se llevan de maravillas en este preciso instante, me atrevo a decir que incluso mejor que él y yo.

Es cierto que yo no cocino ni un poco, de hecho, en mi familia la única que sabe cocinar es mi abuela y lo hace de maravillas, ahora que le he traído a Joseph finalmente tiene un compañero en esa área, no puede darle charla como querría, pero funcionan, es obvio por el aroma tan delicioso que brota de ese lugar.

—Así que... —Comienza mi mamá llevándose uno de los buñuelos recién hechos a la boca, los cuales fueron amasados por mi británico y arrojados al aceite por mi abuela. —Tú y David terminaron. —Repite como por tercera vez.

—Sip. —No puedo verla, no puedo ver nada además de esos buñuelos que me llaman, me suplican ser comidos por mí. Amo a mi mamá y quiero verla a los ojos, pero estoy desesperada por comer.

¡Maldita la hora en que me volví modelo!

—Qué bueno, nunca me agradó para ti. —Contesta y juro que la escucho mascar su buñuelo, incluso siento el crujido tan exquisito que hace cuando los dientes lo comprimen. —Y trajiste a tu vecino de vacaciones.

—Es mi amigo. —Mi familia no es como la de Joseph, no les he dicho que en realidad vivo con él y ellos viven en Colombia, no tienen razón de enterarse de eso, no por el momento. —Lo traje por eso, luego iremos a Gales para año nuevo.

—Me lo dijiste por teléfono. —Responde en cierta forma dolida porque no nos hemos visto en mucho tiempo y la constante que teníamos era pasar las fiestas siempre juntas, no era una promesa dicha en voz alta, solo lo hacíamos y todos lo sabían. —Envía fotos y llámame seguido, por favor. —Suplica porque a pesar de que Joseph está en su cocina, claramente tiene miedo de que sea un tratante de personas.

Yo no puedo darle palabras alentadoras porque si abro la boca voy a babear.

Es entonces que mi mamá actúa rápido con el buñuelo que tiene en la mano, me lo mete en la boca a la fuerza y yo no puedo resistirme porque en serio quiero sentir ese sabor.

—Masca y escupe. —Me ordena y yo comienzo a mascar, tratando de abstenerme de tragar. —O solo comételo, porque parece que en cualquier momento te vas a desmayar.

Roommates {Joseph Morgan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora