63 |Pitido|

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—Ay, mierda... —Me quejo llevándome las manos a la cabeza, la cual me duele al igual que los oídos, de hecho, toda mi existencia quema justo ahora.

Cuando mi vista se despeja descubro que tengo las puntas de los dedos cubiertas de sangre pues esta baja por mi frente hacia mi nariz, justo donde me toqué. Es doloroso, tanto así que no me importa la sangre, todo lo que quiero es que el dolor pare.

Tengo vidrios cubriendo mi regazo.

Los sucesos que ocurrieron minutos atrás (eso creo) me golpean tan fuerte que el dolor pasa a segundo plano, porque ahora hay cosas mucho más importantes para mí que un golpe en la cabeza.

—Joseph. —Me volteo en mi asiento descubriendo la peor escena que podría presenciar en mi vida: ahí está mi británico, inconsciente y con la frente empapara de sangre que se desliza hasta más abajo en gotitas. Tiene las manos colgando, también el cuello, en realidad, parece un mueco inerte justo ahora. —¡Joseph!

Me quiero arrojar hacia él, pero el cinturón de seguridad me lo impide, así que la primera tarea que hago es quitármelo, lastimando mis manos con los vidrios que tengo encima, pero no me importa. Yo estoy despierta y él no ¡¿Por qué?!

>>—Joseph, por favor. —Le suplico tomando su rostro entre mis manos y poder levantarlo para examinar mejor el área de la cabeza, que justo ahora es lo que más me preocupa que tenga lastimado. —¡Por favor! —Trato de hacerlo reaccionar, pero es completamente inútil por más que lo sacuda. —¡No te odio! —Digo eso cuando las lágrimas me queman al bajar por mis mejillas.

No sé qué hacer ahora ¡Es él quien sabe reaccionar en las crisis! Él es quien debería estar despierto ¡No yo! De hecho, lo único que puedo hacer ahora es sacudirlo mientras le grito que le mentí y que no lo odio, que lo amo.

No sé manejar las crisis y la prueba de eso es que estoy abrazándolo contra mi cuerpo, pero lo único bueno es que así pude comprobar que está respirando y eso es bueno.

Después las cosas pasan tan rápido y yo estoy tan débil que no puedo luchar contra ellas como me gustaría: alguien me aparta de Joseph y me grita que lo tengo que soltar, a lo cual yo respondo diciendo que no quiero separarme de él, pero me obliga y se lo llevan para colocarlo sobre una camilla. A mí me sacan del auto y me doy cuenta de algo que no había notado antes y es que una persona está sobre el capó, el vidrio delantero está destrozado y no tengo que ser una genio para saber que está muerto.

Me bajan del auto y soy un poco más consciente de mi misma cuando me quieren subir a una camilla para llevarme a una ambulancia, pero yo grito que no puedo irme ahí, que tengo que irme con Joseph ¡Que no puedo separarme de él! El hombre que trata de subirme a una ambulancia me dice que tienen que revisarme, que yo también estoy mal y le grito que no, que él está peor.

Roommates {Joseph Morgan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora