6 |¿Qué hacer después de comer?|

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—Lamento el desorden

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—Lamento el desorden... —Repite Joseph y no entiendo por qué, pero su voz me causa una ternura incalculable, el hecho de que no deje de ver las cajas de un lado a otro con vergüenza solo aumenta ese sentimiento.

—Joe, está bien. —El lugar está repleto de cajas y de muebles sin un orden especifico; hay un sillón a la entrada de la cocina, frente a la puerta del baño hay otro y muy seguramente debe de tener que saltarlo para lograr entrar. —El aroma de la cocina lo compensa. —Le aseguro y volteo a verlo, tiene una expresión de calma en el rostro ante mis palabras.

—¿Qué planeabas comer? —Él me alcanza, teniendo al igual que yo cuidado de donde pisa porque además de las cajas, hay varias cosas individuales tiradas en el lugar. Junto a mi pie hay una especie de bufanda color gris que creo que ya le he visto puesta en alguna foto.

—Planeaba comer mi primera langosta, ahora que lo pienso habría hecho el ridículo de llegar vestida así a un restaurante que sirva langosta, además no sé comer langostas... —Joseph comienza a reír, negando con la cabeza mientras se acerca a la cocina y yo le sigo caminando como si estuviera en medio de un campo minado.

—Eres hilarante, Blair. —Afirma quedándose de pie tras la barra. La estufa está apagada, todo está apagado y con razón porque salió corriendo. Él no es como yo que muy probablemente habría dejado todo encendido hasta crear un desastre. —Toma asiento, voy a servir. —Pide con su usual amabilidad.

—Date prisa, ese olor me da más hambre. —Aseguro tomando asiento en uno de los banquitos que hay en la barra. Él me sonríe y busca un par de platos en la alacena; al menos tiene eso ordenado. —Muy bien... creo que podemos tener una buena conversación en estos momentos.

—¿De qué quieres hablar? —Pregunta sacando un trozo de carne de una de las cacerolas y esa carne luce increíblemente deliciosa, apoyada por el exquisito aroma. Mi estomago ruge con impaciencia.

—Bueno... ¿tienes algún trabajo para estos momentos? —Sigo miles de páginas que hablan de él y en ninguna hay actualizaciones de trabajos, no desde que terminó The Originals, lo que se aproxima a su divorcio según las fechas.

—Decidí tomarme un descanso del trabajo. —Asegura sirviendo algo de arroz en el plato y ¡eso no puede oler mejor! Tiene una pinta increíble y solo es arroz con verduras. —Un par de meses sin actuar, me parece lo más correcto.

—¿Por qué? —La mirada que me da me hace creer que no quiere hablar de ello, así que maldigo mi boca maldita. —Lo siento... no debes hablar de eso... —Tartamudeo ¿Por qué debo tartamudear?

—No, está bien, creo que puedo confiar en ti. Digo, estás en mi departamento para comer. —Ahora sirve en el plato una especie de papa cubierta con salsa, lo cual me hace pensar que este hombre merece un premio de cocina y eso que aún no he probado. —No me siento muy bien últimamente para actuar... no desde mi divorcio.

—Eso es normal. —Contesto apoyando los brazos sobre la barra. —No te preocupes, yo no te voy a juzgar, si quieres hablar puedes hacerlo.

Él suspira y deja el plato frente a mí, luego ve mis ojos azules y un brillo aparece en los suyos, un brillo que no logro identificar.

Roommates {Joseph Morgan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora