45 |Marco, el amor de mi vida|

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La alfombra rosa fue fácil

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La alfombra rosa fue fácil.

Pasar por maquillaje fue fácil.

Ponerme el vestuario con diez manos diferentes toqueteándome para ayudarme fue fácil.

Ahora lo difícil es no tener un ataque de pánico porque estoy a pocos momentos de salir, cubierta solo con un juego de lencería y unas alas sujetadas a mí con delgados hilos y maquillaje profesional, que huele a pipí de gato.

¡Eso no estaba en los tutoriales!

—Blair... —Joseph llega con mi botella de agua y se la arranco de las manos para darle un gran sorbo, esperando que no se me corra el labial rojo que tengo puesto o tendré problemas. —Debes relajarte, angelito.

—Estas alas están sujetadas con prácticamente nada... —La verdad de las alas para los ángeles de Victoria es que se pegan con látex de maquillaje, que es casi transparente y cubierto con mucha base liquida, también unos hilos atados a la ropa ¡Nada más! —¿Qué pasa si se caen? ¡¿Qué pasa si yo me caigo?! Haré el ridículo y...

—No harás el ridículo. —Me interrumpe Joseph quitándome la botella antes de que haga un desastre con ella. —Angelito, has practicado, no te has equivocado y de todas las modelos que hay aquí tú eres por mucho la más bonita.

—Eso es porque aún no llega Bárbara Palvin. —Joseph rueda los ojos, a pesar de que digo la verdad.

Mi estómago ruge y ya no sé si es debido a los nervios que tengo o porque no he comido nada hoy además de algunos trozos de tomate, porque odio las zanahorias crudas y el apio, así que la única opción que quedó fue el tomate.

—Después de esto iremos a comer. —¡Joseph escuchó a mi estómago quejarse! Si él escuchó el ruido molesto de aire comprimiéndose en mí ¡¿Lo escucharán las personas en la pasarela?! —Acaba la dieta estricta, comeremos lo que tú quieras.

El ruido me abruma. Hay flashes de cámaras que fotografían a las modelos, directores de escena gritando diferentes órdenes, maquillistas, estilistas, todos ellos corriendo de un lado a otro para asegurarse de que todo salga perfecto.

Y quien puede destruir esa perfección soy yo ¿Por qué? Porque soy la nueva aquí, la nueva adquisición de Victoria, la única que nunca ha caminado por pasarela y eso me convierte en el error.

Comienzo a hiperventilar y Joseph me sujeta las mejillas, me ve a los ojos y después choca sus labios con los míos, dándome un delicioso beso que obliga a los nervios a dejar mi cuerpo para que las conocidas mariposas y cosquillas tomen el control total.

Su lengua me acaricia el labio inferior y abro la boca para que tome el control. Lo estoy besando muy mal porque estoy temblando como si estuviera entre hielo, pero a él no parece importarle porque me besa tan apasionadamente que si no estuviéramos rodeados de personas tal vez ya me habría desgarrado la delgada tela que me cubre.

Roommates {Joseph Morgan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora