Llámame Kay

17. Dame tú

La cafetería del instituto hoy está más vacía de lo normal porque los de primero y segundo se han ido de excursión. Hay más calma y tranquilidad gracias a ello.

—Tenía que haberme arreglado más hoy —se lamenta Loren. Lo dice porque Dennis se ha sentado en una mesa cercana a nosotras.

—Estás perfecta, como siempre —la animo.

—Tú estás perfecta como siempre, yo no. —Se lleva un trozo de chocolate a la boca—. Hay días en los que parezco el Demogorgon.

—Todos lo parecemos hasta que nos arreglamos un poco —interviene Anais.

Al lado tenemos a Dennis con su grupito de amigos y amigas y un poco más alejado están Louis, Eiden y Yael. Todavía no hemos empezado los ensayos de la obra, así que apenas hemos hablado últimamente.

—Uy, mierda —se queja Anais por lo bajo.

Loren y yo levantamos la vista hacia la chica que se acerca a la barra de la cafetería. Daniela, con su maravillosa melena y un top de tirantes sin sujetador. Todas nos fijamos en la marca de sus pezones, porque hay tres bultitos y no uno. Piercings. La crush de Anais tiene piercings en los pezones y es la primera vez que se le notan. No pasa desapercibida para nadie, no solo para nosotras. La mesa de Louis también se ha fijado en la entrada de Daniela y probablemente le están mirando las tetas.
Ella pide un refresco, paga y se marcha.

—¡Piercings en los pezones! —exclama Anais, acalorada.

—Ya te pusiste cachonda —apunto.

—No soy la única. —Con la mirada señala a Louis y sus amigos. Parece que siguen hablando de Daniela, porque sonríen mirando en la dirección por la que se ha marchado. Menos Louis, porque sabe que les estoy mirando, así que me devuelve la mirada.
Aparto los ojos de inmediato, fingiendo que no me he enterado.

—Qué vida más dura. —Anais coge más chocolate—. ¿Por cuánto tiempo más creéis que estaré soltera? Porque estoy harta de solo montar mi almohada.

Loren y yo nos reímos. No conocemos con seguridad cuál es la orientación sexual de Daniela. Sabemos que ha estado con chicos, pero se rumorea que en realidad es bisexual. Solo son rumores, no ha habido nada que lo confirme.

—¿He escuchado "soltería"? —Kiran, el chico de baile que está detrás de Anais, aparece de la nada y nos asusta—. Anais, estaba pensando que si esta tarde...

—Kiran —habla Anais, muy despacio y con mucha calma—. No.

—¿Mañana? —Sonríe realmente esperanzado.

—¡Kiran, soy lesbiana! —Anais pierde los nervios y termina gritando demasiado alto, tanto que toda la gente de la cafetería la escucha.

Nadie se sorprende, en realidad. Creo que todo el mundo sabe, o sospecha, que Anais es lesbiana. Todo el mundo menos Kiran, al parecer, que se aleja en silencio y sin comentar nada al respecto. Me da la sensación de que todavía sigue sin darse por vencido.

—Bueno... —Suspira Loren—. ¿Y dónde está el tuyo?

Me pregunta por Noah, y lo cierto es que yo me hago la misma pregunta. No le he visto en todo el día. Quizá no ha venido a clase.

—Hoy no le he visto —admito.

Ayer estuvimos juntos en el recreo. No mencionamos nada de la tarde anterior. Como si no hubiera pasado. No sé si eso es bueno o malo. Sé que es vergonzoso y le cuesta hacer muchas cosas, pero saber qué piensa al respecto habría servido de ayuda.

—Hubo sexo —les confieso a mis amigas. No les había dicho nada porque no sabía muy bien cómo contarlo.
—¡Qué! —exclaman a la vez.

—¿Cómo fue? —pregunta Loren.