»Capítulo 12«

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Doce de agosto de 2014.

—¿Fue a revisar a la paciente Harkins? —preguntó él mientras firmaba algunos papeles y alzaba unos momentos la mirada para ver el pasillo unos momentos.

—Sigue estable, doctor —respondió la enfermera, quién asentó en respuesta y después le entregó los papeles.

Mientras ella se alejaba, Stephen estaba debatiéndose internamente, dando vueltas un par de veces por el pasillo mientras se llevaba una mano hacia el rostro y se la restregaba.

Llevaba cuatro días durmiendo en el hospital que inclusive era notable en ese momento las ojeras que adornaban debajo de sus ojos. Realmente era algo sorprendente el hecho de que en sólo cuatro días, ni siquiera había aceptado alguna cirugía o algún caso nuevo como la mayoría del tiempo lo hacía.

Para él todo era orden, cosas fáciles que podría terminar en un instante, pero...en este instante parecía como si un huracán se hubiera llevado esa pacífica sensación de que estaba todo bajo control y que sabía que así todo estaría bien.

El estrés lo estaba carcomiendo, además de la preocupación constante en que se encontraba al intentar esperar el instante en que ella despertara.

—No tiene sentido... —balbució mientras recordaba la manera drástica en que había observado la tomografía de la mujer.

—Con ella nunca tiene sentido, ¿cierto? —preguntó burlón el muchacho joven que trabajaba hace poco en el hospital.

Tras eso, se ganó una mirada fría y tajante del doctor Strange, quien estaba tan nervioso y antipático que no le importó decirle con descortesía que se largara de su vista.

Le dio tantas vueltas al asunto, donde veía una y otra vez la tomografía para después negar. Se negaba a la incomprensión, a lo inimaginable o a aquello sin sentido; incluso más ahora de que se trataba específicamente de ella.

Apenas recuerda vagas cosas como el hecho de golpear el cristal con ferocidad, acompañado de un azote de la puerta al salir del lugar y después de una sensación cosquilleante que se adentraba por las yemas de sus dedos y le hacía temblar de coraje.

No tenía opciones, no tenía un plan o algo realmente que pudiera tener a su favor. Estaba atrapado; su rey estaba en la mira, siendo amenazado con un jaque y tal vez muy pronto un mate.

El siguiente paso o movimiento sería el que mandaría todo a la victoria o al fracaso total.

Por las noches apenas podía pegar el ojo, ya que no sentía que todo estuviera realmente en orden. Se incomodaba, giraba y se alzaba hasta pasar unas dos veces frente a la puerta en donde Evangeline se encontraba.

Se fijaba de reojo por la ventanilla de la puerta si todo se encontraba en orden. Y si realmente lo estaba, la sensación se amordazaba; pero volvía al día siguiente, al mismo tiempo y eso era realmente abrumador.

—Strange —lo llamó aquella voz que reconocía perfectamente.

Giró sobre sus talones, observó a la doctora Palmer y de golpe tuvo presente la discusión de hace días. Era la primera vez desde ese momento en que se volvían a hablar.

—Necesito que mires esto. Llego esta mañana y Johnson lo quiere dejar a la mitad, así que necesito... —comenzó a explicar, pero repentinamente él le interrumpió.

—No puedo atender a nadie, puedes tratarlo con Hughes si gustas.

—Sabes que no puedo.

—¿Y por qué no?

—¿En serio me vendrás a intentar decirte lo que todo el maldito hospital sabe? —parecia indignada, irritada y un tanto fastidiada por aquella reacción de Stephen.

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora