𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]

»Capítulo 93«

Capítulo dedicado a KhalesiStark

Veintisiete de noviembre de 2024.

Evangeline Strange se encargó de contactar a Bucky Barnes y ayudarlo a llegar lo más pronto posible con Kerstin Maximoff, la cual había sido llevada al Hospital Metro-General.

Durante toda la noche, Barnes estuvo despierto, buscando la manera de no perder la cabeza, al mismo tiempo en que Stephen y Evangeline se disculpaban, sintiéndose culpables de haberla puesto en peligro; ese sentimiento perduraba más en la mujer de las estrellas, la cual ni siquiera podía imaginar lo que pasaría si algo le ocurría a la sokoviana o incluso peor, que perdieran la vida aquellas criaturas que con tanto cariño había estado cuidando en su vientre.

El primer día, Evangeline volvió a casa, puesto que tenía esa sensación angustiante de querer ver a sus hijos. Y en cuanto Marian abrió la puerta, a mitad de la noche, pasadas las tres de la madrugada, la pelirroja se abalanzó, envolviendo sus brazos con desesperación en el rostro de la castaña.

-Creí que no volverían -suspira con alivio y entonces cuando se alejó lo suficiente, Evangeline puede vislumbrar el brillo de sus lágrimas en el borde de sus párpados inferiores-. Evie, ¿están bien? ¿Todo está bien?

-Quisiera decir que sí, pero... -después el labio le tiembla, la culpa la vuelve a consumir y Marian vuelve a abrazarla, acariciándole los cabellos mientras entraba a la residencia Harkins y Anthony estaba parado en el inicio del comedor, observando a la recién llegada y apresurándose a ir a preparar algo de comer o beber para que pudiera recuperar fuerzas.

Media hora después, tras tomar un poco de té y explicarle lo ocurrido a Marian, Evangeline volvió a repetirse que todo era su culpa, que realmente no debía haber llevado con ella a la sokoviana y que, si le pasaba algo, jamás se lo podría perdonar.

-Estabas intentando lo correcto. Querías que Wanda no pudiera atraparla y que quisiera colocarla en una encrucijada antes de que supiera las circunstancias. Siempre has querido lo mejor para el mundo, Evie.

-¿Y si me equivoqué? -pregunta en un balbuceo, incapaz de levantar la mirada, puesto que estaba avergonzada, aterrada y no podía vivir con la idea de matar a la persona que consideraba una buena amiga, que la apoyó y estuvo a su lado en ese momento en que el mundo estaba totalmente devastado, dividido y repleto de grietas-. ¿Y si sólo la condené?

-Sólo ten fe -le dice Anthony y entonces la pelirroja acaricia la mano de Evangeline, sosteniéndosela con dulzura, dedicándole una sonrisa débil mientras la castaña por fin lograba elevar la vista-. Verás que habrá una solución, que esto se resolverá. Pudiste con muchas cosas, Evangeline, créeme que, aunque quieras cambiar el destino o las circunstancias, no lograrás sólo lastimarte, sino que no progresarás cuando hay un presente a tu lado.

Ella lo piensa, por un instante se intenta limpiar con el dorso de la mano y al final sólo escuchan pequeños pasos sigilosos que se aproximan al comedor. Y en cuanto todos giran a un costado, observan claramente al pequeño intruso que tenía los cabellos dorados alborotados y sus ojos se iluminaron al ver a la persona que estaba sentada justo a un lado de su abuela Marian y el abuelo Tony.