»Capítulo 43«

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Abril, 2014. Espacio.

—¡Ja, toma eso, cosa peluda! —expresó Evangeline, chocando los cinco con Drax mientras Rocket gruñía y tiraba las cartas sobre la mesa pequeña.

—Oye, en serio, es molesto ver eso.

—Te molesta porque has perdido contra la reina de las cartas —bromeó Evangeline, tomando sus premios.

—Es verdad, han sido tres veces consecutivas, incluso desde el descanso llegando con los soberanos —informó Drax.

—Cuatro, pero gracias por también contarlas, Drax —le corrigió Evangeline y después soltó un suspiro de alivio—. Bueno, ¿qué tal otra partida?

—Ni en un millón de años contigo, Quill —expresó Rocket, soltando las cartas y alzándose de su asiento—. Eres tan molesta cuando te lo propones.

—Bueno, pero es un talento más que un insulto —dijo Evangeline, se frotó las manos y entonces miró de reojo a Groot, el cual estaba jugando con unos accesorios encima de la mesa del otro lado—. Groot, ¿te gustaría intentarlo?

—Yo soy Groot —expresó el árbol parlante, que estaba entrando en la etapa infantil y realmente era una ternura andante.

—Ay, vamos, ¿acaso no te gustaría pasar tiempo de calidad con la tía Evie?

—Yo soy Groot.

—Si, bueno, podría enseñarte a sostener las cartas, si quisieras.

—Yo soy Groot —usó un tono más agudo.

—Ey, vas a lastimarte la garganta, Groot —lo sermoneó Peter como si fuera el padre de la criatura. Estaba deambulando por la nave y de reojo observó a Evangeline alzar las cartas de la mesa—. Lina, ¿has visto mis herramientas?

—¿Buscaste en tu habitación? 

—Si, no están ahí —Peter abrió un pequeño cajón y después Evangeline se encogió de hombros—. ¿No estaban en tu habitación?

—Claro, como si yo me escabullera a tu habitación y te robara las cosas —repentinamente Gamora entró y Evangeline sonrió pícaramente—. Bueno, aunque sé quién se escabulle quizá.

La mujer de piel verdosa había llegado de haber dejado a su hermana, Nébula, justo encadenada en otro lado, por lo tanto, era su oportunidad de poder sólo lograr sacar de quicio a su enamorado hermano.

—¡Lina! —Peter claramente se le tiñieron las mejillas rojas y después Gamora ladeó la cabeza, observando a Peter y después a la hermana de este.

—¿Dijiste algo?

—Podría ser —le respondió Evangeline, sonriendo inocentemente—. ¿Qué me dices tú, Gamora? ¿Tienes idea de dónde podrían estar las herramientas de Jay?

—Las dejó en el cajón junto a su asiento —expresó ella, así que Evangeline movió las cejas hacia Peter y este desvió la mirada, lo cual miró claramente Gamora—. Ay, por favor, ¿olvidaste que las usaste hace unas horas?

—No, por supuesto que no —expuso él, posicionándose de cuclillas y mirando claramente el cajón, abriéndolo con cuidado y viendo que allí estaban todas su herramientas—. Sabía que estaban aquí.

—Y a todo esto, ¿a dónde se supone que nos dirigimos? ¿No deberíamos sólo ir a buscar otra misión? —al decir eso, Evangeline se alzó de su asiento y comenzó a deambular por el lugar.

—Acabamos de entregarles las baterías a los soberanos, sólo deja que podamos encontrar uno nuevo y con gusto te pago las quince mil unidades que te debo.

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora