»Capítulo 40«

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Tuvo que recobrarse. Permanecieron dando vueltas fuera de la residencia durante un largo rato, pero entonces Evangeline tomó la decisión de limpiarse las lágrimas amargas de su angustia y entonces tomó una bocanada de aire, dirigiéndose a Lincoln Perry para poder saber la otra dirección que habían encontrado.

Abrieron otro portal, apareciendo entonces en Great Milton, Oxfordshire.

-¿Dónde dijiste que es la dirección?

Su tono era más áspero. Aún tenía también el dolor de rechazo de su madre, pero entonces tomó la iniciativa de buscar la otra dirección que su mejor amigo le había dado.

Llegaron a una de las residencias más antiguas, hechas exclusivamente de madera y que estaban extensas más allá de incluso estar colocadas al lado de un respectivo campo de hierba que había justo al lado norte de la última casa.

-Es la última -comentó Lincoln.

-¿Viniste antes?

-Me hospedo a una cuadra, sólo vine un rato e investigue -expresó él a la pregunta de Evangeline.

Entonces finalmente se dispusieron a caminar al final del extenso camino en donde estaban varias casas iguales, sólo que lo único que cambiaba era el número que adornaba en la entrada justo en los buzones que intercambiaban de color.

-Es aquí -afirmó Perry y después Stephen examinó el lugar.

-¿Aún vive gente aquí?

-Sólo una persona -manifestó y después miró a Evangeline-. Deberíamos aproximarnos.

-Si, por supuesto -y tragó saliva, intentando tomar un poco de aire para calmarse y después dio un paso, agregando-. Iré primero.

-¿Estás segura? Eva, puedo...

-Puedo ir sola, Stephen -le interrumpió ella y entonces lo observó de reojo, queriendo de ese modo causar que se calmara y decirle que era capaz-. Volveré en un momento, sólo...sólo iré a tocar.

Strange sólo se mantuvo en su lugar, pero estaba un tanto inquieto porque realmente quería acompañarla. Por otro lado, Evangeline se dispuso a caminar a la puerta, estando a escasos centímetros de la entrada, vacilando de si debería o no tocar la puerta.

Pero al final tomó el valor y extendió la mano, tocando con sus nudillos tres veces mientras esperaba alguna respuesta de dentro. Nada. Volvió a intentarlo y escuchó una voz de dentro.

-¡Ya voy!

La piel de Evangeline se erizó. Y un cosquilleo albergó por su espina dorsal cuando abrieron la puerta y ese rostro conocido de sus sueños y memorias se expuso ante sus ojos.

Al parecer de golpe hubo una reacción de la mujer, puesto que de golpe se paralizó y entreabrió los labios, quedándose atónita y con la mirada danzando por el rostro de la castaña.

-¿Evie? -preguntó y el oxígeno abandonó los pulmones de la recién llegada, quien al parpadear se le humedecieron los ojos y sus labios temblaron.

-¿Sabes quién soy? -preguntó con la voz entrecortada.

La mujer de la casa, sonriendo con cariño y con los ojos ya cristalizaron y las lágrimas revelándose en los borde de los párpados.

-Nunca olvidaría el rostro de mi pequeña Evie -respondió con la voz quebrada y sólo no pudo impedir seguir sus impulsos-. Evangeline, has vuelto.

Se abalanzó hasta envolverla en un desesperado y entusiasmado abrazo después de décadas de haberla visto por última vez. Aquella vez que desapareció, la pequeña tenía sólo cinco años y, ahora mismo, era toda una mujer, llorando en su hombro de la felicidad y siendo recibida por la mujer que cuidó de ella como si fuera su madre.

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora