»Capítulo 1«

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𝑷𝑹𝑰𝑴𝑬𝑹𝑨 𝑷𝑨𝑹𝑻𝑬: 𝑩𝑯Ū𝑳𝑨𝑵Ē 𝑹Ō𝑮𝑨
(Amnesia)

1990.

—Evie, ¿dónde estás?

La mujer de largos cabellos rubios comenzó a inspeccionar debajo de la mesa, detrás de los sillones e incluso en la parte inferior de las cajoneras donde la chiquilla de cinco años podría esconderse de ella. Una gran sonrisa se le esbozó en cuanto observó esos cortos cabellos chocolates asomándose de detrás del mueble de las vajillas que la madre de la niña coleccionaba desde hace años atrás. Se acercó lentamente hasta que por fin se asomó y gritó.

—¡Aquí estás, Evie! —y entonces la niña se sobresaltó y soltó una infantil risita que se le contagió a la mujer—. Vamos, estás perdiendo el toque, pequeña.

—No es verdad —comentó mientras daba un salto y se alzaba del suelo sin soltar su tigre de felpa debajo del brazo—. Vamos a jugar otra cosa.

—Pero, ¿por qué? Amas las escondidas —alegó.

—Quiero jugar algo diferente, Aubrey —dijo Evie.

Aubrey hizo una mueca de costado, observó a la pequeña de cabellos oscuros y no tardó en rendirse ante esa mirada dulce y brillosa que usaba en estas circunstancias. Rodó sus ojos y resopló.

—De acuerdo, pero sólo porque es tu cumpleaños —la señaló y Evie soltó un gritito de felicidad—. Vamos, vayamos al patio, habrá más espacio.

La niña asentó con euforia y salió corriendo unos momentos, causando que la mujer la viera salir por la puerta corrediza y perderse en el gran césped verdoso del patio trasero. En cuanto hizo eso, no tardó en acercarse hacia el teléfono de cable que descansaba en la pared, muy cerca de la cocina. Antes de tomarlo, gritó.

—¡Marco!

—¡Polo! —escuchó que contestó Evie. Sonrió de costado y se apresuró a tomar el aparato y marcar un número.

Esperó varios tonos, hasta que de repente la voz de la otra persona se escuchó en la línea.

—¿Diga?

—Tal parece que lo olvidaste.

Se escuchó un suspiro.

—¿Vas a regañarme?

—Creo que estás lo suficiente mayor para que te haga pasar esa vergüenza.

—Aubrey, las cosas...

—No, las cosas no se complicaron —hizo una pausa y siguió—. Tu hija está esperando a su querida madre a que le cante al menos un cumpleaños feliz o que inclusive le dé un abrazo. ¡Marco!

—¡Polo! —dijo Evie.

—Escucha, intento arreglar los trámites, pero créeme que desearía estar allá con ella.

—Esfuérzate más, Becca.

—Lo lamento, de verdad, en serio quisiera ir allá, pero se me adelantó un cliente y estoy un poco atrasada mientras estoy haciendo esta llamada contigo. Por favor, dale un abrazo y beso de mi parte.

—Ojalá no se le enfríe la frente con tu gesto enviado. ¡Marco! —se alejó un momento, no obteniendo respuesta inmediata de la chiquilla—. ¿Sabes qué? Guárdate tus excusas para el imbécil. Adiós.

—Aub... —y colgó la llamada.

—¡Marco! —gritó de nuevo, observando la puerta corrediza. De nuevo, ni una respuesta—. ¡Oye, Marco!

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora