𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]

»Capítulo 91«

Capítulo largo y ambientado en Doctor Strange y el Multiverso de la Locura.

Evangeline tendría que haber sido más fuerte. Tuvo que ser verdaderamente feroz y más veloz, pero fue inútil contra la ira de la Bruja Escarlata. Cegada por la cólera de sostener en sus manos el Darkhold hasta el punto en que se desmorona en cenizas, la bruja simplemente se arraiga al hechicero supremo, arrojándolo mientras gira contra el suelo del templo de Karma-Taj que yacía entre escombros, fuego y cenizas.

Y lo peor de todo es que estaba sin la capacidad de ayudar a la maestra Sara mientras se desintegraba. Lo único que pudo hacer era contraerse, negando y vociferaba con todas sus fuerzas hasta el punto en que colapsaba con las mejillas mojadas.

-¡Wanda, basta! -le grita Kerstin Maximoff, quien intentaba hacerla entrar en razón, pero era casi imposible teniendo en cuenta de que estaba en un estado delicado.

Aunque aquello no impidió que la hiciera a un lado hasta que se encaminaba hacia Wong.

-¡Maldita bruja! -vociferó Evangeline, logrando que la pelirroja presionara los lazos y la castaña soltó un jadeo, quejándose entre dientes mientras veía que se dirigía específicamente al asiático-. ¡Wong! -miró que lo alzó en el aire y luego lo arrojó atrás, causando que se girara y lo viera con los ojos bañados en el terror-. ¡No, no lo lastimes! ¡Wong! ¡Wong!

Evangeline seguía intentando zafarse mientras Kerstin sólo alzaba su mano, intentando llamar algún objeto para que pudiera ayudarla. Pero también era difícil cuando la angustia la carcomía y observaba a su hermana dirigirse rápidamente hacia el hombre que intentaba levantarse del suelo tras ser arrojado por la bruja.

La impotencia de ver a un ser querido estar en peligro podría hacer que por un instante la mujer de las estrellas se removiera, aunque era imposible teniendo en cuenta la presión de aquellos lazos contra su cuerpo.

-¡Tú eres el hechicero supremo! Dime lo que sabes -alcanzó a escuchar a Wanda dirigirse al hombre asiático.

-Tendrás que matarme, bruja -fue lo que dijo en respuesta el protector de las artes místicas.

-A ti no. A tus compañeros -y entonces alzó su mano, deslizando a Evangeline sobre el suelo, arrastrándola lentamente hacia ella mientras a Kerstin se le desorbitaban los ojos, vislumbrando cuatro siluetas más elevadas en el aire, siendo torturadas por la magia de su hermana.

Era como sentir que miles de agujas perforaban su cuerpo, contrayéndola y dejando que se retorciera de dolor, resistiendo contra la magia de la bruja a la vez que su rostro se arrugaba y los dientes se le presionaban hasta el punto de astillarse debido a la fuerza de su mandíbula.

-¡No, por favor, Wanda! -gritó con desesperación Kerstin Maximoff, suplicándole-. ¡Wanda! -alargó la vocal, quebrándosele la voz al observar a su amiga, Evangeline, ser alzada al lado de los otros cuatro, luchando y soltando un grito desgarrador hasta que se retorcía en el dolor-. ¡Evangeline! ¡No! ¡No, déjalos! ¡Wanda, Wanda, ya para, por favor!

Suplicaba con exasperación, gritando e intentando hacerse notar entre los gritos y quejidos de los torturados por la Bruja Escarlata. Sin embargo, cuando Wong vislumbró a los cuatro, tan sólo llamó por su nombre a la causante de aquello. Quiso hacerla que parara, pero ella no cooperaba y la menor de las Maximoff seguía luchando, llamando cualquier objeto, pero era inútil. No podía hacerlo estando desconcentrada mientras veía a Evangeline ser torturada en el aire.

El hechicero supremo le suplicó, le rogó que se detuviera, pero no lo hacía y entonces avisó lo que había estado ocultando.

-¡El Darkhold era una copia!