»Capítulo 26«

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Dedicado a LiliRogers4587

Veinte de febrero de 2015.

—Debo ir a una conferencia —comentó él y entonces Evangeline parpadeó un par de veces al escuchar de golpe aquella noticia.

—No habías dicho nada. Es una buena noticia, de hecho —expresó la castaña y observó que Stephen se sentaba y daba un largo trago a su bebida.

—Si, bueno, sociedad de neurología cree conveniente que su neurocirujano mejor calificado dé una clase de exclusiva a una revista inglesa a otro continente.

—¿Inglesa? ¿Estás diciendo que...?

—Quieren que viaje a Inglaterra la siguiente semana. Quieren una respuesta el lunes temprano y... —otro trago, inclinando su cabeza para beber todo el contenido de su vaso de cristal. Dio un resoplido y siguió hablando— y me iría por unas dos semanas.

—No es tanto tiempo si lo pensamos mejor —manifestó Evangeline y comenzó a moverse hasta rozar su rodilla contra la de él.

—Vas a librarte de mí, por eso dices eso —bromeó y provocó que ella riera entre dientes.

—No, eso jamás lo pensaría. Es una gran oportunidad y un honor que la sociedad de neurología te tenga presente. Después de todo, lo que dicen es verdad.

—Por supuesto que es verdad, eso lo sé —ella rodó los ojos y entonces Stephen le tomó la mano, enlazando sus dedos contra los de la mujer—. Sólo que no me gustaría estar dos semanas fuera, ¿sabes?

—¿Por qué no? Conocerías Inglaterra, es una gran oportunidad —le alentó ella, pero entonces el doctor le rodeó la cintura con el brazo y la aprisionó. La joven posicionó sus manos sobre el pecho de Stephen y continuó hablando—. Podría ser divertido.

—Divertido sería que me acompañaras, señorita Harkins —siseó rozando su nariz con la mejilla y aspirando el aroma que desprendía a vainilla.

—Es cosa de tu trabajo. Debes ser profesional, Stephen Strange.

—¿Sabes qué pienso? Pienso que suena muy sexi que digas mi nombre cuando estás sermoneándome —confesó y ella sintió una ola de calor cubrirle las mejillas.

Pero no dijo nada, sino que se vio envuelta en una caricia donde los labios de él subían y bajaban por su mandíbula, casi hasta tocar su cuello.

—¿No dirás nada?

—¿Qué quieres que diga? —preguntó con un tono extremadamente entrecortado por la situación.

Pero entonces sintió la sonrisa jocosa que se plantó en los labios de él. Podía hacerlo porque estaba inclinado hacia enfrente, rozándole el rostro contra la piel sensible de su hueco en el hombro.

—Que me sermonees de nuevo sería una buena idea —Evangeline le pellizcó entonces el hombro y se quejó—. Incluso eres una salvaje, eso se está poniendo cada vez más bueno.

—Basta —rió ella y entonces Stephen atrapó sus labios, dejando con torpeza el vaso medio lleno en la mesa sin romper el beso lento, rítmico y suave que concordaban entre sí; sus manos se acariciaban los brazos, la espalda, la cintura y finalmente ella le atrapó las mejillas, moviendo sus pulgares en aquellos pómulos marcados y altos que le caracterizaban totalmente.

—Te voy a extrañar, ¿lo sabes? —le susurró él cuando se alejó para tomar un poco de aire y volver a rozarle los labios con los de ella.

—Lo sé, yo también te voy a extrañar —respondió la mujer, pero entonces ambos empezaron a recostarse, siendo él quien estaba encima del cuerpo de Evangeline y con cuidado la acomodó en el sofá—. Pero dos semanas no es tanto.

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora