𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]

»Capítulo 71«

Capítulo dedicado 

Diecinueve de octubre de 2023.

—Entonces..., ¿te uniste a una secta?

—No exactamente —respondió Evangeline mientras cerraba el portal detrás suyo y veía a lo lejos la casa en donde había estado viviendo desde hace años atrás—. En realidad es un santuario en donde protegemos la Tierra de otro modo.

—¿Con magia? —Peter miró a su hermana y entonces la castaña ladeó la cabeza mientras realizaba un gesto pensativo.

—Quizá. Artes místicas muy antiguas.

—Suena como una secta para mí —expresó el hombre de las estrellas y se ganó un golpe directo en el hombro—. ¡Au, oye! Vamos, es mi humilde opinión.

—Si, bueno, tu opinión abarca un lapso muy corto de lo que en realidad es la expresión original. Además, sacas todas esas ideas de películas de los ochenta o setenta, sé que sí —Jay no alegó, ni siquiera dijo nada cuando entreabrió los labios y Evangeline alzó la mano para señalar enfrente—. Es ahí.

Peter miró lo mismo que ella señalaba y entonces silbó un poco.

—Se ve muy decente y bonita. ¿Vives sola?

—No, vivo con los Harkins. ¿Recuerdas que te hablé de ellos?

—Creo que tengo una idea vaga —bromeó, puesto que sabía claramente de qué hablaba, pero le gustaba hacer desatinar a su hermana. Evangeline entrecerró los ojos y él sonrió de nuevo.

Evangeline se detuvo un poco, justo en la entrada de la casa y tomó a su hermano del hombro, viéndola directamente al rostro para entonces hacer la pregunta que evadió durante los últimos dos días.

—Sé que es algo que ya todos te preguntaron, lo sé, pero... Jay, ¿cómo te sientes? 

—Bien —respondió él.

—Sabes que no puedes engañarme —sonrió con melancolía.

Peter también lo hizo y entonces exhaló con pesadez.

—Si, lo sé, sé que no puedo —hizo una corta pausa antes de encogerse de hombros y proseguir—. Supongo que habrá días más buenos. Ella...no era la Gamora que vi por última vez y debo saber qué fue lo que le ocurrió. Necesito hacerlo, Lina.

—Lo sé —comentó la castaña con los ojos llenos y sonriendo con tristeza—. Pero duele, ¿sabes? 

—¿Por qué? —preguntó él.

—Porque necesito a mi cabeza hueca que revolotea a mi alrededor para que solucionemos los problemas juntos —explicó Evangeline y entonces Peter no dudó en tomarle el hombro hasta que la envolvió en un suave abrazo que se fue volviendo más fuerte e intenso.

Una desesperación mutua de volver a conectarse entre ellos. Su manera fraternal de poder decirse sin palabras que estaban allí para cuidarse, apoyarse y quererse.

—Sé que ni siquiera es la despedida aún, pero, Lina... —besó la mejilla de su hermana y luego le susurró en el oído—. Lina, me gustaría que volviera a ser lo mismo de antes.

Evangeline tuvo que alejarse delicadamente para obsequiarle una sonrisa nostálgica mientras en su cabeza rebotaban los recuerdos y aventuras que vivieron como Lady Stardust y Star Lord, ladrones profesionales y un dúo incontrolable e invencible que podría asemejarse a una película del viejo oeste, sólo que más galáctica.

—No puedo —murmuró ella mientras se inclinaba para tocar el timbre y veía a Jay Quill directamente a aquellos verdosos ojos.

—¿Por él? ¿Por tu...tu novio? —aún le era difícil procesar el hecho de que su hermana tenía una pareja con la cual había durado tantos años y que, en realidad, era un buen sujeto, no como los patanes con los que la mujer salió hace mucho tiempo atrás.