𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]

»Capítulo 83«

Doce de noviembre de 2024. Horas antes de la pelea en la dimensión espejo...

—Ni siquiera responde el celular —se queja Evangeline mientras Lincoln carga a Cedric y Elaine lo seguía con la pequeña Roxanne en brazos.

—¿No estaba en una misión con ese chico Parker? —pregunta Lincoln y de repente se dirige al segundo piso, ayudando a dejar al niño en su habitación debido a que yacía dormido en su hombro.

Desapareció y Evangeline ayudó a Elaine con Roxy. Le dijo que estaba bien que durmieran por hoy aquí. Aunque la casa de los Perry estaba al lado de la de los Harkins, en realidad, la señora Perry sabía que Lincoln lo más seguro es que se quedaría para conversar con la mujer galáctica.

Marian bajó del otro auto con Anthony, Bruno y Douglas quedándose ese día para regresar pronto a la universidad mañana mismo.

Elaine subió con su hija en brazos y Lincoln bajó (no sin antes besar la frente de sus dos amores) y se aproximó a la sala de estar donde estaba su mejor amiga.

—Muy bien, entonces... —el hombre se sienta al lado de la castaña y no tarda en seguir hablando— ¿no ha respondido aún?

Evangeline niega y vuelve a enviar otro mensaje al celular de Strange.

—Es que es ilógico, ¿sabes? Me prometió que estaría ahí para el festival con Cedric —alegó ella y Lincoln frunce la boca, realizando una mueca mientras ve la cocina.

—¿No se supone que estaba todo bajo control?

—Lo estaba, pero, creo que es más que eso —dice ella con cierta duda, viajando sus ojos por la mesa de centro, casi como si estuviera intentando entrar más profundo a sus pensamientos.

—¿Té? —le pregunta Lincoln y mira el vientre de su mejor amiga.

—Por favor. De limón.

—Bien, ahora vuelvo —le besa la mejilla como en ocasiones lo hacía y Marian se aproxima, sacudiendo sus manos en su pantalón y sentándose a su lado.

—¿No puedes saber de alguien más que estuviera con él, Evie? 

—Si, alguien como Wong. ¿Wong no estaba allí? —se une a la conversación Douglas, quien se sienta al lado de la castaña y le toma la mano con ternura.

—No, él salió y dejó a Stephen solo con esto —Evangeline se lleva la mano a la boca y nerviosamente comienza a morderse una uña—. Le advirtió del hechizo, a ambos, en realidad, pero lo ignoramos porque creíamos que ayudar a Peter sería correcto.

—¿Y qué era lo que quería el chico araña? —pregunta Marian y luego ve que Lincoln se encargaba de realizar el agua hirviendo junto con Anthony.

—Quería que todo el mundo olvidara su identidad —al explicar eso, sus ojos van a su vientre y observa de reojo el televisor—. ¿No hay alguna noticia?

Dougie se encarga de encender el aparato y milagrosamente Anthony lo había dejado en el canal de noticias. Por desgracia, no había ninguna novedad que ayude del todo, así que simplemente lo dejan por la paz y Evangeline se muerde ahora los labios, volviendo a tomar su celular para llamarle.

No obstante, la envía directamente a buzón y lo deja sobre la mesa mientras Douglas le acaricia fraternalmente la espalda.

—Estará bien, no te preocupes.

—Es que... —se lleva la mano al pecho y entonces continúa— siento que no es así. Algo pasó. Algo le pasó, Dougie.

Marian entonces presionó los labios y en cuanto miró que Lincoln se aproximaba con el té, escuchó el repentino sonido del tono de llamada y giró por completo la cabeza. No fue la única que lo hizo, sino que Evangeline igual y Douglas, pero fue la mujer galáctica quien no tardó en tomarlo para responder.