𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]

»Capítulo 70«

Dieciocho de octubre de 2023.

—¿Cómo pasó? —Stephen miró de reojo a su novia, pero luego arrugó las cejas y agregó—. Me refiero, sé cómo pasó, si, pero... —Evangeline le sujetó con más fuerza la mano—. ¿Cómo sabías que estabas...? ¿Pasó antes del viaje?

—Pasó mucho antes del viaje, me imagino. Eso creo —comentó ella y entonces se removió con cuidado del asiento en donde disfrutaba estando sentada mientras contemplaba el patio trasero junto a Stephen—. No sé exactamente cuándo, en serio, no lo sé, pero... —hizo una pausa y volteó a mirarlo con total convicción antes de soltar todo— yo hice un hechizo.

—¿Un hechizo?

—Con la gema del tiempo antes de que se la entregaras a Thanos, si —respondió y sólo parpadeó unas veces mientras sorbía de su café mañanero. Nadie se había despierto aún, es más, ni siquiera habían dormido mucho y eran las ocho, así que aún tenían tiempo para hablar—. Leí sobre los viajes en el espacio. La velocidad de la luz, todo sobre el tema y...me asusté. Creí que si...usaba la gema del tiempo para evitar envejecer y que no volviera a verte con el miedo de que fuera demasiado tarde, yo... —tragó saliva y tamborileó sus dedos en la taza—. Yo hice un hechizo encima mío por accidente, parando mi reloj.

—Tu reloj de vida, básicamente —comentó él y sólo miró de reojo la pareja de pájaros que se posicionó en una de las ramas del árbol—. ¿Y entonces ese hechizo paralizador de reloj de vida se quebró cuando le entregué la gema del tiempo a Thanos? —ella se encogió de hombros y sólo suspiró.

—Supongo que sí —miró su alrededor y entonces continuó con su explicación—. Estuvimos días deambulando en el espacio Stark, Nébula y yo. Carol Danvers nos salvó, nos trajo a la Tierra y fue el doctor Banner quien me lo dijo. Yo no sabía, ni siquiera tenía idea y...tuve que usar intravenosa porque estaba demasiado desnutrida, al igual que Tony. Cuando todo se calmó, volví con los Harkins, tuve bastantes citas con una doctora y el veintidós de septiembre de 2018, Cedric nació.

—¿Le hablaste...le hablaste sobre mí?

Evangeline sonrió enternecida al vislumbrar la esperanza que estaba llenándole de resplandor los ojos.

—Todo el tiempo. Le hablé de ti, de tus gustos, de nuestra música, de lo que más o menos te dedicas después de dejar de ser doctor... Le hablo siempre de ti, Stephen. Le dije de ti cuando no podía con la tristeza. Le dije de ti para que...de algún modo, no se sintiera vacío por el miedo de que no te tuviera —la voz de ella le tembló y entonces posicionó su mano sobre su rodilla, perdiéndose en el suelo unos segundos antes de proseguir—. Cuando él llegó me di cuenta de que sus ojos eran mi salvación. ¿Sabes por qué? —sonrió un poco y Stephen le tomó la mano sin querer soltársela—. Porque son tus ojos incrustados en su pequeño rostro, Stephen.

Strange movió el asiento, se aproximó más a su novia y entonces le besó la frente, abrazándola por los hombros mientras Evangeline movía con la cuchara su café y volvía a darle otro sorbo.

—¿Sabes qué es lo que pensé? —preguntó él—. Justo cuando lo vi, pensé inevitablemente de lo que hablamos. Nuestro acuerdo sobre...los niños, ¿recuerdas? Creo que fue después de la fiesta de Sherlyn, no recuerdo, pero...me preguntaste qué pensaba de los niños.

—Y luego yo dije que no quería tener porque en realidad nunca tuve esa figura maternal en mi vida —le siguió la castaña.

—Si, eso mismo —comentó con cuidado y luego miró de reojo a la castaña—. Yo también pensaba lo mismo. Estoy...aterrado, no te voy a mentir. No me imagino cómo...cómo fue para ti y el que no estuviera a tu lado —los ojos de Strange divagaron entre el rostro de Evangeline y entre sus manos, casi como si intentara concentrarse cuando sus pensamientos estaban esparcidos por todas partes—. Ser padre no...no fue algo que pensé que pasaría. Y no estoy diciendo que sea horriblemente malo, sino que es horriblemente aterrador y yo... —Evangeline le acarició el pómulo, intentando calmarlo con su cálida caricia. Stephen cerró sus ojos durante unos segundos y sólo exhaló lentamente—. Eva...