»Capítulo 41«

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Tres de julio de 2017.

—¿Esto cómo se hace?

—Giras la muñeca y después empujas con fuerza, no hay mucha ciencia en eso.

—Ugh, realmente soy pésima —rió entre dientes la castaña.

—Sólo es tu segunda vez, necesitas práctica para eso —expuso entre risas la mujer de cabello medio canoso.

—Si, bueno, entonces me tomará años para que pueda hacerlo como tú —y señaló la masa perfecta que extendía la señora Stewart.

Aubrey entonces dejó de colocar la masa sobre el molde y se giró hasta ella.

Sus ojos desprendían un brillo maternal y amoroso, casi como si en un parpadeo pudiera ver de nuevo a aquella chiquilla que la ayudaba a preparar los postres que podría vender en Great Milton.

—Lo haces bien —le avisó Aubrey.

Evangeline entonces resoplaba y se daba por vencido. Fue sólo así que por fin dejó la masa y sacudió sus manos entre sí, desprendiendo la harina y ocasionando que una nube de esta se extendiera en el aire.

—Podría ayudar revisando el relleno de cereza.

—Si eso te gusta, puedes ayudar —expresó Aubrey y dejó entonces que Evangeline se encaminara a la estufa con la olla llena de lo que se prepararía como el relleno de los pays—. ¿Cómo te ha ido en Kathmanda?

—Es Kathmandú —la corrigió con una media sonrisa en los labios—. Me ha ido bien. Recibo cartas aún.

—¿Recibiste la mía?

—Si, me llegó una semana después —explicó la castaña—. También tengo algunas de los Harkins.

—¿De los muchachos y la mujer que me hablaste? —Evangeline asentó cuando Aubrey preguntó aquello—. Me alegra tanto oír eso. ¿Qué hay sobre Lincoln?

—Ahora se fue a un viaje de trabajo a Brasil, regresará a Londres en unos días como me avisó. Dijo que todo estaba en orden —explicó la mujer mientras movía el cucharón de la olla—. Creo que le está gustando viajar.

—A cualquiera, querida, Isaac era igual, siempre quería conocer nuevos lugares. Tuve que darle un alto, si no era así, juro por Dios que me quedaría en cualquier momento sin pies —bromeó eso último, causando que castaña riera entre dientes—. ¿Y qué me dices de ese hombre? ¿Steven?

—Stephen —y al girar, vislumbró con claridad el gesto pícaro y atento de la señora Stewart—. Si, él...está bien.

—¿Muy bien?

—¿A qué quieres llegar con eso, Aubrey? —preguntó y, muy en el fondo, brotaba ese cosquilleo por la boca del estómago y un ligero calor se colocó sobre sus mejillas.

—Bueno, es bastante claro cuando vino que estaba atraído por ti. Le gustas si no te has dado cuenta, pero realmente esa mirada que tenía sobre ti era como Isaac alguna vez describió que tuvo cuando me veía. Decía: "Apenas tenía oportunidad, Aubrey, te observaba como un atolondrado cautivado por la visita de un mismísimo ángel".

Evangeline curveó los labios en una enternecida sonrisa. Aubrey también lo hacía, hasta sus ojos también empezaban a resplandecer y todavía parecía tener efecto en ella esas palabras que su marido decía.

—Él es atento. Intenta esforzarse todos los días —expresó la mujer más joven, consiguiendo la atención de Aubrey y viendo que las comisuras de sus labios se alzaban de oreja a oreja.

—¿Y no son nada?

Evangeline rió al escucharla tan directa.

—Bueno, en eso estamos. Es sólo que... —hizo una breve pausa—. La cosa es que anteriormente fuimos algo y...

𝐅𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐔𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 [𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora