Capítulo 3

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                                                    -E

Me estiro en mi lugar para después abrir los ojos. Me quedo observando el techo que nos a protegido estas semanas.

Suspiro incorporándome en mi lugar, volteo la cabeza encontrándome a un Tom profundamente dormido. Paso mi mano por tu cabello castaño, al sentir mi tacto de remueve en su lugar pero sigue durmiendo tranquilamente. Miro al frente a donde duermen Raul y Timothy en una vieja y sucia cama que encontramos por unos basureros de ahí sacamos también la cama donde estoy durmiendo.

Tuvimos mucha suerte en encontrarnos estas camas, otras veces nos a tocado dormir en el duro y frío suelo. También encontramos un poco de ropa y libros.

Me levanto de la cama y me dirijo hacer el desayuno, saco el pan que quedó de ayer y algunos huevos que compré. Enciendo la cocinita eléctrica y coloco un sartén viejo que encontré hace años a calentar. Esta cocina eléctrica se la encontró Raul en la basura, estaba toda dañada pero la pude reparar y hasta ahora ha servido de mucho.

Coloco los huevos ya partidos en el sartén y hago unos huevos revueltos. Cuando están listo los huevos los pongo en un envase de plástico. Agarro el pan, lo corto en cuatro partes iguales y los colocos en el sartén para que se calienten un poco. Busco unas bananas que me regaló una señora hace dos días, agarro varias pelando las y contandolas en rodajas. Saco los panes del sartén y apago la cocinita.

Busco algunos platos de plástico que tenemos guardados y coloco una porción de huevo, el pan y la banana cortada.

Siento unos brazos por detrás que me abrazan.

Sonrío.

Paso mis manos por esos brazos y ya sé quien es. Me volteo y me encuentro a un soñoliento Timothy.

— ¿Qué hora es?— Me pregunta bostezando. Dirijo mi mirada a una pequeño agujero que hay en el techo. No ha amenecido del todo, deben ser como las seis de la mañana.

— Buenos días a ti también.— Le digo riendo, él me mira y sus mejillas se ponen rojas por la vergüenza.— Deben ser como las seis.— Respondo a su pregunta. Me sonríe contento y se coloca de puntillas para darme un beso en la mejilla. Siento como mi pecho se llena de felicidad.

— Buenos días Eli.— Me dice para después dirijir su mirada se va detrás de mi, sus ojos brillan cuando ve la comida.— ¿Ya podemos desayunar?— Pregunta con ilusión. Niego con la cabeza y un puchero se forma en sus labios.

— Lávate las manos primero y yo voy a despertar a tus hermanos. ¿Ok?— Asiente y se va corriendo a lavarse las manos a donde recolectamos agua. Voy a donde estan Raul y Tom durmiendo, dándome cuenta que Raul ya se está levantando, me ve y se dirige a donde estoy me da un beso en la mejilla susurrando un buenos días para después ir a lavarse la cara. Me acerco a la cama donde duermo con Tom, me siento en esta y con cuidado lo muevo.

— Tom, es hora de despertar.— El se remueve y murmulla cosas que no entiendo, lo sigo moviendo hasta que se estira y se sienta. Se restriega un ojo mientras me observa, me regala una enorme sonrisa y se tira a mis brazos abrazándome. Le devuelvo el abrazo con la misma intensidad, cuando se separa de mi se ve más despierto. — Anda a lavarte para desayunar ¿Te parece?— Asiente rápidamente saltando de la cama y yéndose por las misma dirección donde se fueron Timothy y Raul.

Yo busco el desayuno y lo colo en la cama donde duermo, no tenemos mesa y prefiero que disfrutemos de la cama en vez del suelo. El primero en llegar es Timothy, trae consigo un cuaderno viejo y un libro deteriorado pero todavía funcional. Se sienta a mi lado, después llega Raul con Tom de la mano, traen también un cuaderno y un libro cada uno, se sientan al frente nuestro.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora