Capítulo 55

8.3K 367 8
                                    


                                                    -O

Entro a la cocina encontrándome a Eli sirviendo el desayuno, paso al lado de los chicos acariciando el cabello de todos, me acercó a Eli y le doy un beso en la mejilla.

Me sonríe, le devuelvo la sonrisa mientras la ayudo a servir.

— ¿Estás listo Raúl?— Le pregunto cuando me siento a comer, el asiente con una sonrisa.

A pasado algunas semanas desde lo del ADN, en estas semanas. Aarón se la a pasado en cada momento cerca de Eli, hablamos con los chicos de la casa y la relación con Elizabeth. Todos estaban felices, Tom y Raúl un poco renuentes, pero nada que no se pueda superar.  Hoy voy a llevar conmigo a Raúl a la empresa para que me acompañé y vea.

Elizabeth se va a quedar acomodando algunas cosas para la mudanza con ayuda de Aarón que debe llegar en cualquier momento. Yo le dije que podíamos contratar a alguien para que guarde y acomode pero ella no quiso. Le dije que tuviera cuidado igualmente y no dudará en decirme si quería algo.

— Oliver.— Observo a Tom el cual esta jugando con la comida. Tom y yo hablamos de vez en cuando, se la pasa más hablando con Eli.

— Dime Tom.— Sube su mirada encontrándose la mía, voltea a ver a Eli la cual le sonríe asintiendo. Frunzo el ceño.

— Yo.. yo quería saber si puedo entrar a clases de pintura.— Levantó la cejas al escucharlo.— Yo e visto tus pinturas y me gusta dibujar, la verdad quisiera pintar así como tu.— Siento mi pecho calentarse al escucharlo. Le sonrío asintiendo.

—Claro Tom, en estos días vamos a ver algunas opciones juntos. ¿Te parece?— Y por primera vez observo como una gran sonrisa aparece en su rosto mientras asiente.

— ¡Gracias!— Dice eufórico.

Y así pasamos el desayuno entre charlas y risas.

Entramos a la empresa y siento como Raúl se pega un poco a mi viendo todo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Entramos a la empresa y siento como Raúl se pega un poco a mi viendo todo. Paso mi brazo por sus hombros.

— Bienvenido Raúl. Esta es la empresa que me heredó mi padre.— La gente nos observa al pasar y yo solo los ignoro.— Lo que era antes, hoy es mejor. Con el tiempo fui cambiando muchas cosas.— Empezamos a caminar y nos adentramos a él acensor.

Entramos a mi oficina después de darle un recorrido por todo el edificio.

— ¿Te gustó?— Le digo mientras me siento en el sofá, lo miro observar toda mi oficina.

— ¡Si! Tu empresa es enorme y todo el mundo te respeta.— Me río con lo último, literalmente la gente huía a donde iba.— ¿Podría venir más seguido?

Me levanto y me acercó a él, se voltea a verme. Coloco mis manos en sus hombros.

— Puedes venir cuando quieras, hasta te puedo enseñar algunas cosas y me puedes ayudar en otras. ¿Te parece?— Asiente feliz.

— ¿Puedo preguntar por qué decidiste trabajar aquí?

— No dudes en preguntarme lo que quieras chico.— Suspiro mirando la oficina.— Yo no quise, fue más una obligación que un querer.— Abre los ojos sorprendido al escucharme.— Mis padre me obligaron pero con el tiempo me fui acostumbran a este trabajo.— Me paso la mano por el cabello y le sonrío.— No me quejo.

— ¿Por qué me ayudaste?— Lo miro levantando una ceja para que sea más específico.— Eramos desconocidos para ti y yo estaba en cosas malas.— Suelto una carcajada.— Tienes razón, yo quedé paralizado cuando te vi tirado en el suelo con sangre al tu alrededor.— Me mira pálido al escucharme.— Pero la que me llamó fue Elizabeth y decidí confiar en ella y después te fui conociendo.— Me levanto y le palmeo el hombro.— No eres un mal chico Raúl, solo debes saber con que gente juntarte.— Me estoy dirigiendo a mi escritorio cuando siento unos brazos rodearme, sorprendido aprieto sus brazos con cariño.

— Gracias Oliver, te quiero.— Siento como me derrito al escucharlo. Me doy la vuelta al escucharlo, me arrodillo quedando el un poco más alto.

— Gracias a ti por dejarme adentrarme en sus vidas, te quiero a ti y tus hermanos.— Agarro su mano y la aprieto junto a la mía sin dejar de verlo mientras siento que mi corazón se acelera.— Quiera darles mi apellido.— Jadea al escucharme.— No ahorita, si no cuando o si ustedes quieren. Pero sería algo que me haría muy feliz.— Asiente ayudándome a levantarme.

— Si quisiera. Algún día.— Dice, me río asintiendo feliz. Todo va por muy buen camino.

Tocan la puerta y hablo para que entren, observo a mi padre entrar el cual sonríe al vernos. Él también a estado más cercanos a nosotros como. Carter y él siempre andan planeando para reunirnos en una comida, la cual cocina Eli.

— Chico, hijo.— Saludos a Raúl desordenandole el cabello y después a mi con un abrazo.— ¿Conociendo la empresa?.— Raúl asiente dándole una pequeña sonrisa.— Desde que dejé esta empresa a manos de Oliver a echo maravillas, espero que si algún día pasa a tus manos hagas mucho más de lo que el hizo.— Raul asiente caminando a su lado cuando mi padre lo obliga a caminar. Los sigo por detrás mientras observo algunos correos en el teléfono. Escucho mi padre le cuenta algunas anécdotas mías a Raúl, niego sonriendo.

— Vayamos a comer algo.— Dice mi padre, asiento mientras los sigo por detrás.— A Oliver lo único que le gustaba de venir a la empresa eran las linda secretarias que habían por todas partes.— Suelto una carcajada, cuando las puertas del ascensor se cierran.

— No le cuentes esas cosas al chico.— Me ingnora.

— Y les decía unos piropos horribles a las chicas. Me daba vergüenza hasta a mi.— Mi teléfono empieza a sonar cuando se abren las puertas del ascensor, observo la pantalla viendo que es Aarón y riendo constesto.

— Oliver.— Mi sonrisa se borra al escucharlo y me detengo en seco, escucho gritos, llantos y sirenas a través del teléfono. Mi padre se detiene al verme se acerca a mi pero no le prestó atención.

— ¿¡Qué pasa Aarón!?— Escucho como solloza y las alarmas empiezan a sonar, camino rápido hacia la salida sintiendo los pasos de mi padre detrás con Raúl.

— Elizabeth. Ella..— Tartamudea y siento que me desespero, los guardias me abren las puertas.— Ella está mal, hay mucha sangre.— Me detengo en seco al escucharlo y siento como mi corazón se detiene.

— Me detengo en seco al escucharlo y siento como mi corazón se detiene

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora