Él, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta.
Ella, huerfana, se escapó del orfanato...
Han pasado ya dos semanas desde la última vez que vi a Oliver y dos semanas desde la pequeña discusión con Raúl. Ciertamente estás semanas me a evitado mucho y ya e tratado mucha veces de hablar con él, pero me evade.
Me preocupa mucho lo que esta pasando porque, es la primera vez que pasa esto y no me gustaría que fuera peor.
Suspiro.
Arreglo mi bolso para salir a buscar una nuevo lugar provisional, ya hemos estado mucho tiempo en la cueva y no me gusta durar tanto en un sitio por si nos encuentran o pudiera pasar algo grave. Agarro mi suéter haciendo que algo se cayera, me pongo en cuclillas y agarro la tarjeta de Oliver, acaricio esta con mi pulga para después guardarla en el bolso. Me coloco el suéter y después agarro el bolso para ponérmelo, llevo mi mano a mi vientre el cual esta un poco abultado pero al tener el suéter no se nota. Doy pequeñas caricias en esa zona, sonriendo por lo bien que se encuentra.
En la última revisión el doctor dijo que estaba super bien y creciendo muy bien.
— ¡Vamos chicos!— Digo para que me escuchen Thimy y Tom los cuales al escucharme vienen corriendo hacia mi.
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Al llegar a la cueva estoy agotada por la caminata, últimamente estoy un poco más cansada y trato de no esforzarme tanto por el bebé.
Vi unos posibles lugares pero cerca hay bastante movimiento y vi también que frecuenta la policía por ahí. Es difícil decidir dónde quedarse por el miedo de que puedan encontrar a los chicos y me los quiten.
Veo como juegan entre ellos y me entra una nostalgia, recordando como los encontré la primera vez. Sus ojitos llorosos y con miedo a cualquier persona que los tocara.
Sus risas resonando por el lugar inflan mi pecho de alegría y sus brazos alrededor de mi me hacen llorar pensando que ya no estamos solos.
Escucho como entran y miro sobre mi hombro a un despeinado Raúl entrar. Mi cara se arruga al sentir un olor a tabaco, aprieto mi mandíbula porque no es la primera vez. Suspiro y volteo a verlo.
Deja su bolso en la cama y después me mira pero rápidamente huye hacia el cuartito del baño. Muerdo mi labio y decido si hacerlo o no.
Hazlo.
Me levanto rápido del piso haciendo que me de un leve mareo, doy respiraciones profundas después de unos segundos se me pasa y me dirijo hacia el bolso que Raúl dejo en la cama.
Lo agarro y antes de abrirlo dudo. Sería invadir su privacidad pero más me preocupa que no hable conmigo. Sin pensarlo tanto abro el bolso y reviso dentro de este, mis cejas se levantan por la sorpresa de encontrar un teléfono. Lo agarro revisando lo cuidadosamente, esta un poco viejo pero no está en mal estado, tocó el botón de encendido haciendo que este se prenda al instante.
