Capítulo 45

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-O

Aparco al frente del colegio de los chicos. Agarro el brazo de Raúl cuando quiere salir y me voltea a ver confundido, le sonrío y volteo a ver a Tom y Thomy.

- Que tengan un lindo día chicos. Hagan caso y no sé metan en peleas sin sentido. Y si lo hacen den un buen derechazo.- Digo lo último mirando a Tom que me devuelve la sonrisa. Mi relación con Tom a mejorado bastante después de esa llamada de atención. El golpe del rostro ya solo queda una pequeña mancha amarilla.

-¡Gracias papi!- Todos en el carro nos congelamos mientras Thomy me da un beso en la mejilla y se baja del auto. Miro a Raúl que esta pálido y Tom tiene las cejas levantadas de la sorpresa viendo donde se fue Thomy, sacude la cabeza y se baja. Suelto a Raúl

- Quédate en el carro.- De mala manera se acomoda en el asiento y yo volteo a ver a los chicos que esperan a Raúl.- Raúl y yo vamos a ser unas cosas chicos, vayan a sus clases.- Asienten despidiéndose con la mano. Pongo en marcha el auto.

- Me van a llamar la atención si no entro a clases.- Lo escucho decir, lo miro por el rabillo del ojo, Raúl esta con la cabeza apoyada en el vidrio de la ventana mirando el camino.

- Hace cuatro dias noté que había un carro al frente de la escuela. Tal auto lo e visto en dos ocasiones al frente del departamento.- Volteo a verlo en un semáforo rojo, notando que no a despegado la mirada de la ventana.- ¿No te has vuelto a comunicar con el chico quien te apuñaló?- Me voltea a ver sorprendido pero rápidamente niega. Asiento creyendole y sin decir más nada llegamos a nuestro destino. Salgo del auto cerrando la puerta y rodeo el auto abriendo la puerta de Raúl. Me mira blanco con los ojos llenos de terror.

- Te juro que no e hablado con ninguno de ellos ni nada. Yo.. yo no permitiría que algo igual vuelva a pasar.- Escucho el temblor en su voz.

- Te creo Raúl. Solo quiero que me digas si el chico del auto es el mismo que te lastimó.- Lo veo dudar. Me acercó y bajo hasta su altura tocando su rodilla, me mira con miedo en sus ojos.- Yo voy a estar a tu lado y nada te va a pasar. Todo irá bien, hay que salir de esto de una vez Raúl.- Asiente saliendo conmigo. Entramos dentro de la estación de policía y se me acerca un oficial.

— Buenos días Señor Muller. Por favor sigame por aquí.— Asiento siguiéndolo, siento como me agarran de la camisa y volteo a ver a Raúl. Paso mi brazo por sus hombros y él se pega a mi. Pasamos por un pasillo hasta llegar a una puerta.— Cuando entremos van a ver otra sala separada por un vidrio, ustedes lo van a poder ver pero él no a ustedes. ¿Entendido?— Miro a Raúl  el cual no deja de ver la puerta, aprieto mi mano en su hombro causando que reaccione, me mira asintiendo.

— Estoy en esto contigo chico.— Sube su mano a la mía apretandola, miro al oficial asintiendo para que abra la puerta y entramos a la sala. Hay unas sillas en el medio de la sala y una mesa pegada a la pared. Hay un una pared de vidrio donde al otro lado está todo oscuro. Nos quedamos a cierta distancia del vidrio y el oficial hace una señal a la cámara, entonces se prenden las luces.

Un chico alto cabello negro, pálido y llenos de tatuajes aparece. Tiene algunas sicatrices en el rostro y unas grandes bolsas abajo de los ojos.

Siento como Raúl apreta mi mano, lo observo el cual esta pálido. Da unos pasos atrás y yo aprieto mi mano para que me mire, lo cual no hace.

— Raúl.— Gruño. Lo que hace que me mire automáticamente, se acerca rápidamente y me abraza, sorprendido por su reacción lo aprieto hacia mi.

— Es él.— Apenas lo escucho susurrar. Volteo a ver al oficial asintiendo, saco a Raúl de ahí y nos dirigimos hacia el auto, abro la puerta y hago que entre, cierro la puerta para después dar la vuelta al auto y meterme en el asiento del conductor. Volteo a ver a Raúl que esta temblando y le giro la cabeza para que me mire, su respiración está descontrolada.

— Raúl.— Me mira.— Jamás voy a dejar que algo te vuelva a pasar. Primero devén pasar sobre mi y créeme que yo peleo por mi gente. Te considero parte de mi aunque tu no lo sientas igual, daría mi vida por cualquiera de ustedes.— Su respiración se empieza a tranquilizar.— Yo amo a Elizabeth.— Le confieso y me mira sorprendido.— Aunque no lo creas automáticamente cuando la empecé a amar los ame a ustedes también, no les va a pasar nada, no conmigo.— Le digo firmemente para que lo entienda bien, me mira con duda en sus ojos.

— ¿Enserió?— Asiento y sin darme tiempo de reaccionar abre sus brazos y me abraza. Suspiro devolviendole el abrazo, nos separamos y revuelvo su cabello haciendo que se ría y yo tras de él.

Prendo el auto y nos dirigimos a la escuela.

— Gracias por todo Oliver.— Me dice Raúl cuando estacionó al frente de la escuela. Lo observo con una pequeña sonrisa.

— No tienes nada que agradecer, cualquier cosa que necesites ya sea hablar o ayuda puedes contar conmigo sin ninguna duda.— Sus ojos se iluminan asintiendo, sale del auto y se despide de la mano. Gesto que le devuelvo.

Me vuelvo a poner en marcha dirigiéndome al apartamento, le tengo una gran sorpresa a Elizabeth, el beso de anoche fue nada más que fantástico, sentí lo que nunca había sentido. Pensaba que estaba enamorado pero no sabía de nada hasta que conocí a Eli.

A medio camino empieza a sonar mi teléfono, constesto al ver que es mi padre.

— Padre. ¿Cómo estas?

— Todo bien hijo. Algo preocupado por Robert.— Frunzo el ceño al escucharlo.

— ¿Por qué?

— No sé nada de él y no me contesta el teléfono.— Lo escucho suspirar.

— Debe estar digiriendo todo padre. No debe ser fácil pensar que tu hija puede estar viva.— Entró en el estacionamiento y dejó el auto en un lugar libre.

— Eso espero hijo, no quiero que haga ninguna locura.— Bajo del auto y me encaminó al ascensor.

— Cuando logres saber algo de él, le dices que quiero hablar con él. Hay que hacer las cosas con calma y más en el estado de Elizabeth.— Entró al ascensor y presiono el piso del departamento.

— Entiendo Oliver. Cuídate mucho y saludos a Elizabeth y los chicos de mi parte.

— Hasta luego padre.— Salgo del ascensor y me dirijo a la puerta desbloqueandola. La abro y dejo las llaves en la mesita que esta al lado, sonrío de solo pensar la sorpresa que le tengo a Elizabeth. Pero mi sonrisa se borra al encontrar a Elizabeth en el sillon con las mejillas llenas de lágrimas mientras ve una foto y a Robert a su lado apoyando una mano en su hombro. Siento como se me para el corazón al verla con su rostro rojo y sus ojos triste viendo la foto. Sube la mirada y sus ojos llenos de dolor se encuentran con los míos, se me parte el corazón.

— Oliver.— Susurra y yo me acerco corriendo a ella.

— Susurra y yo me acerco corriendo a ella

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