Capítulo 51

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                                                    -O

Agarro la mano de Elizabeth mientras le extraen la sangre, ella mira la sangre con el ceño fruncido. La enfermera termina, diciendo que va a llevar la muestra de sangre al laboratorio.

Acaricio la palma de su mano, esperando que diga algo.

— ¿La sangre define quien eres?— Subo la mirada chocando con la suya.

— Mucha gente así lo cree.— Respondo su pregunta, hace una mueca recostandose en la silla.

— ¿Alguna vez pensaste en nacer no siendo tu?— Sonrío con tristeza al recordar mis días más jóvenes, cuando no podía ser libre, no podía ser yo.

— Sí.— Nos miramos.—  Pero hoy, estoy feliz de nacer en mi familia, de haber tenido todo lo que tuve, todo lo que perdí, todo lo que no pude hacer. ¿Sabes?— Me levanto haciendo que ella haga lo mismo. Acomodo su cabello hacia atrás, acomodando el saco negro que tiene y deslizando mis manos por sus brazos hasta terminar en sus manos, levantandolas y besando el dorso de ellas.— La vida te lleva por un camino, unos malos y otros buenos. No todo lo que queremos lo tenemos, no siempre somos felices, no siempre logramos nuestros verdaderos sueños. Pero a la final del camino hay algo que ilumina la vida, aveces llega tarde pero sé que por todo lo que pasé trajo una gran recompensa.— La abrazo.— Tú eres mi mayor recompensa.

Observo como Elizabeth y Carter se despiden, ella viene hacia donde estoy yo y no sé da cuenta como Carter se le queda viendo

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Observo como Elizabeth y Carter se despiden, ella viene hacia donde estoy yo y no sé da cuenta como Carter se le queda viendo.

Elizabeth me sonríe tranquila, suspiro sabiendo que pase lo que pase todo estará bien.

Agarrados de la mano salimos del hospital donde van hacer las muestras de ADN. Subimos al auto y empiezo a conducir a la sorpresa que le tengo a Eli.

La volteo a ver en un semáforo rojo. Observa atravez de la ventana del auto, una de sus delicadas manos apoyada en su abdomen, dando pequeños trazos en modo de caricia. Su pecho subiendo y bajando en respiraciones tranquilas, sus ojos mezclándose con el azul del cielo, me hacen sentir vivo. Me siento en paz y en el lugar que siempre quise estar. Sonrío volviendo la vista al frente, sigo conduciendo al ver la luz verde.

— ¿A dónde vamos?— Me pregunta al ver que nos alejamos de la civilización.

— Vamos hacia nuestro futuro cariño.— Siento su mano buscando la mía, la cual entrelazo y levantó para besar.

— ¿Por qué me amas?— Sonrío de lado ante su pregunta. Estamos a pocos minutos de llegar.

— Porque me has dado eso que nunca tuve y no sabia que necesitaba.— Llegamos a un conjunto el cual el vigilante al verme habré el gran portón.

— ¿Y que es?— Estacionó el auto y la volteo a ver, ella mira curiosa todo.

— Verdadera Libertad.— Me voltea a ver al escucharme frunciendo el ceño. Salgo del auto dando la vuelta abriéndole la puerta, la ayudo a salir entrelazando nuestras manos y empezando a caminar hacia la casa.— Estaba llenos de cadenas con candados, y sin saberlo manzanita tenías la llave de todos.— Nos paramos frente a la puerta, y volteo a verla, sus ojos brillan viéndome con una diminuta sonrisa.— Y yo solo espero hacerte feliz.— Abro la puerta y hago que pase primero, jadea con sorpresa al ver todo, me acercó a su espalda, mi aliento golpeando su cabello. Observo todo lo que mande hacer para ella.— Bienvenida a nuestra casa.— Veo como se lleva las manos a la cara tapándose la boca, se voltea verme con los ojos llenos de sorpresa. Sonrío al ver sus ojos empezar a aguarse, le agarro la mano llevándola conmigo a recorrer la casa.

Al terminar de mostrarle cada cuarto y esquina de la casa, nos sentamos en los muebles, ella me abraza y yo rodeo con mis brazos su cuerpo. Coloco mi barbilla en su cabeza y cierro los párpados sintiendo esa paz que siento cada vez que la tengo en mis brazos.

— Yo te amo porque me siento segura, me siento como nunca antes pensé sentirme.— Abro los párpados al escucharla, siento mi corazón calentarse y un revoloteo en mi estómago. Siento como se separa de mi y bajo la vista hasta sus ojos.— Cada vez que te veo mi corazón late rápido, cada vez que me tocas siento un cosquilleo en mi estomago, cada vez que me miras como en este momento lo haces siento que todo esto es real, cuando coloco mi oreja en tu corazón se siente que es verdad esto. No es un sueño de muchos que tuve de niña, me das tanto, esta casa, promesas, un futuro que si quiero vivir contigo Oliver. Gracias.— Agarro su rostro entre mis manos y pego su frente a la mía sintiendo de repente muchas emociones en mi. No despegamos la mira del otro.

— Esto es real, tan real que te siento muy presente.— Pego mis labios a los suyos, en un beso suave sintiendo esta electricidad pasando por nuestros cuerpos.

Deslizó mi mano derecha hasta su nuca apretandola más hacia mi, jadea al sentarla arriba de mi, abre sus piernas haciéndo que nuestras entrepierna se choquen. Gruñó al sentirla apretandose hacia mi, nos separamos por falta de aire, bajo mis labios por su barbilla hasta su cuello besándola y probando la. La escucho jadear por falta de aire, gimo al sentirla frotarse sobre mi, bajo mi mano por toda su espalda hasta llegar a su trasero apretandolo.

Muerdo su cuello al sentir sus manos explorando mi pecho, subo mis labios hasta los suyos atacandolos. Subo las manos por los lados de su cuerpo apretandola cada vez que se frota contra mi, jadeo al sentir sus manos acariciando mis hombros. Me despego de ella jadeando echando la cabeza hacia atrás cuando siento que voy a explotar en mi pantalón, siento unos besos en mi cuello que me hacen gruñir. Llevo mis manos a su cadera manteniendo un ritmo que nos hace gemir a los dos, de repente siento como desatan mi corbata. Abro los ojos y quedo fascinado cuando veo a Elizabeth toda sonrojadas con sus ojos nublados por el deseo. Me siento bien en el sofá y quito su saco dejándola con una camisa fina blanca, cuando me quita los primeros botones de la camisa jadeo al sentir sus dedos fríos, choco mis labios con los de ella mordiendolos y succionandolos. Llevo mis manos a los pliegues de su camisa.

Blin

Blin

Nos separamos jadeando al escuchar mi teléfono, apretó los párpados para después abrirlos viendo a Eli. Con su cabello todo desordenado y sus labios inchados.

— Hay que buscar a los chicos.— Digo a la final.

Nota de la Autora:

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Nota de la Autora:

Aaaaaahhh

Ahora siiii

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Espero que les haya gustado.

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-B

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