-E
Después de esas palabras me quedé en silencio y decidimos salir del restaurante. Iba detrás de Oliver, lo veía caminar con seguridad y soberbia, captando las miradas de la gente pero su mayoría las miradas femeninas.
Se detiene y yo automáticamente dejo de caminar quedando a unos pasos de él. Se voltea completamente hacia mi y me inspecciona el rostro.
Que vergüenza.
Debo estar horrible y más después de vomitar, no pude aguantar las ganas de vomitar y lo primero que hice fue correr al baño cuando lo vi.
Nunca pensé que él iría detrás de mi y menos que me ayudaría, su caricia fue aterradora por la sensación pero me dio seguridad y se sintió reconfortante.
Mientras el me ve tal vez buscando que no me desmayara con su lindo y caro saco. Yo también me doy el lujo de inspeccionarlo, volviendo a recordar sus espectaculares facciones.
Su cabello claro, su cara varonil y definida, esos ojos tanto profundos como demandantes, su piel tostada, labios grandes y carmesí. Es bastante alto perfectamente me saca casi dos cabezas y su cuerpo es grande y por lo que veo se cuida bastante.
Deja de verlo.
Me quito el saco y se lo doy, lo veo apretar la mandíbula pero igualmente agarra el saco. Se lo vuelve a colocar.
— Gracias por esto enserió. Pero no quieres estar con de una persona como yo.
Rota.
— Espero que le vaya bien y que enserió sea muy feliz.— Finalizo de decir, y por primera vez en meses le doy una sonrisa verdadera. Le pasó por un lado y veo a los lados antes de cruzar la calle.
— ¿Y si yo si quiero estar cerca de ti?— Me paralizó al momento de poner un pie en la calle. Trago duro y mis ojos se empiezan a aguar. Lo siento acercarse un poco pero sin tocarme o invadir mi espacio.— No puedes hacer decisiones por mi cuando te dije que quiero mantener contacto contigo. — Dice utilizando las mismas palabras que yo le dije en la mesa. Niego confundida con este hombre.
¿Qué mierda quiere?
— Hagamos algo.— Dice y hace que me voltee. Lo veo introducir su mano en la parte interna de su saco y sacar de ella una tarjeta para después dármela, dudosa la agarro y veo que es una tarjeta de contacto. Lo miro confundida— Si necesitas ayuda o un favor no dudes en llamarme y yo iré hacia ti.— Miro sus ojos buscando alguna maldad o algo que me diga que esta jugando conmigo pero no encuentro nada. Solo los veo brillar. — Si no quieres que este cerca de ti, al menos ten mi tarjeta por cualquier emergencia.— Termina de decir dándole unos golpecitos a la tarjeta en mis manos. Sin decir nada asiento.
Me sonríe haciéndome sentir un raro cosquilleo en el estómago, después veo como se voltea y se encamina al estacionamiento del restaurante.
Cuando veo su sombra desaparecer, bajo la mirada hacia la tarjeta rápidamente.
Oliver Muller.
Niego y la guardo en el bolsillo del pantalón. Me volteo hacia la calle y me encaminó hacia la cueva.
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Una nueva oportunidad
RomanceÉl, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta. Ella, huerfana, se escapó del orfanato...