Capítulo 40

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La mesa queda en silencio, miro a todos en la mesa y mi mirada queda en Oliver que me sonríe y aprieta mi rodilla, la cual no a soltado desde que empecé a hablar.

Miro a Raúl que mira su plato y Tom tiene su mirada en la pared. Todo lo que dije es verdad, si volviera a nacer, haría todo igual.

— Eso es admirable, Elizabeth.— Termina con el silencio Aarón, el cual cuando nuestras miradas se encuentran me sonríe.— No cualquiera hace lo que tu, los chicos tienen suerte de tenerte.— Le doy una pequeña sonrisa por lo que dice.

— La suerte la tengo yo.— Miro al padre de Oliver que en ningún momento a quitado la mirada de mi, después me fijo en Carter el cual tiene una mirada triste, tu piel se a tornado un poco pálida y siento una opresión en el estómago.— Señor Carter. ¿Está usted bien?— Asiente despacio.— ¿Quieren el postre?— Pregunto en general y el primero es saltar es Thomy. Miro a Oliver el cual asiente, me levanto y empiezo a recoger los platos.

— Te ayudo.— Aarón empieza a recoger también y Tom se nos une. Voy a la cocina con ellos detrás, dejo los plato en el lava vajilla y me volteo a ver a Aarón.— Yo la ayudo desde aquí amigo.— Mira a Tom el cual me mira y yo asiento de acuerdo. Al salir Tom de la cocina Aarón se acerca a mí y me abraza, suelto un suspiro y le devuelvo el abrazo.— Eres tan valiente.— Susurra, aprieto mi agarre apoyando mi cabeza en mi pecho.

— A veces no lo e sido mucho.— Digo mientras me separo de él y me busca el pastel para empezar a cortar unos trozos y colocarlos en los platos.

Lo siento acercarse y se coloca a mi lado, y me empieza a tocar el cabello.

— Para mi eres la persona más valiente que e conocido Elizabeth.— Dejo de él cuchillo de lado y lo miro. Aarón desde el primer momento que hablamos sentí una especie de seguridad con él, es fácil hablar con él y cada vez que lo veo siento una paz en mi corazón la cual no entiendo. Le sonrío agradecida por sus palabras, no siempre fue así, tener vidas dependiendo de mi siempre me han dado miedo y más con la posibilidad de perderlos. Me acaricia el brazo haciendo que vuelva a la realidad. Me sonríe.— Los chicos son grandiosos, inteligentes y te cuidan como nadie. Los has hecho bien Lizy.— Me derrito ante el sobre nombre que nadie había usado en mi, nos quedamos mirando sintiendo una conexión extraña entre nosotros.

Escuchamos unas cosas caer y volteamos hacia la puerta donde vemos a Carter pálido sin dejar de vernos. Aarón se separa, agarrando unos platos con pastel.

— Yo... yo quería un vaso con agua.— Dice Carter, Aarón sonríe y me da un beso en la mejilla, le sonrío viendo que se encamina hacia su padre.

— Los esperamos en la mesa, estoy ansioso por ver que tal esta el pastel.— Sale con la cocina dejándonos solos, busco un vaso y lo lleno de agua. Se lo entrego a Carter el cual asiente como agradecimiento. Vuelvo a dejar los trozos que faltan en los platos.

— ¿Te molesto si te hago una pregunta?— Niego guardando lo que queda de pastel en la nevera. Cierro la nevera y busco unas cucharas.— ¿Cómo llegaste al orfanato?— Siento como todo mi cuerpo se tensa, mi mano se apreta en un puño al rededor de la cuchara. Lo volteo a ver, notando que se a acercado unos pasos. Trago y frunzo el ceño viéndolo, noté que en toda la comía no despegó los ojos de mi. No cuento esto pero siento que se lo debo decir.

— Lo que me dijeron es que una mujer que trabajaba en el orfanato me encontró por unos arbustos y me llevó al orfanato. Era solo una bebé, no tenía nada conmigo, solo estaba envuelta en unas mantas y con algunos rasguños.— Asiente pensativo, le doy una sonrisa tensa pansandole un plato con pastel.

— Gracias.— Dice mientras me sigue a la mesa. Dejó los platos frente a Oliver, Robert y mi plato. Aarón pudo traer los platos de ellos de una sola vez.

Me siento y noto que Thomy tiene toda la cara llena de pastel, agarro una servilleta y le limpio lentamente. Me mira sonriendo con sus mejillas llenas de glaseado. Escucho un gruñido y miro a Oliver que tiene los ojos cerrados saboreando el pastel. Abre los ojos y me observa fascinado.

— Esto está delicioso Eli.— Dice llevándose otra cucharada a la boca, veo como pasa su lengua por los labios limpiando cualquier rastro que haya quedado. Aguanto el aliento al ver esa acción y Oliver me pilla viéndolo. Me guiña el ojo sonriendo.

— Estoy de acuerdo con Oliver. Demasiado bueno.— Dice Aarón terminando el pastel en tres cucharadas. Veo a los chicos que asiente fascinados.

— Es mi primer pastel, no creí que quedara tan bien.— Digo agarrando una cucharada de pastel y llevándolo a mi boca, la explotación de vainilla y naranja son fascinantes en mi lengua. Suelto un pequeño gemido satisfecha con el resultado, tal vez pruebe con una de chocolate. Siento un apretón en la rodilla lo que me obliga a abrir los ojos encontrándome con los oscura mirada de Oliver, le sonrío.

— Te quedó excelente.— Dice con voz algo ronca, carraspea y se lleva otra cucharada de pastel a la boca, siento que mi rodilla se está quemando por su tacto.

Su mirada siempre me recorre y hace que mi estómago revolotee,su tacto me hace estremecer pero me hace sentir en casa y últimamente estoy sintiendo cosas extrañamente raras por lo que él me hace sentir. No sé si es bueno todo esto, me da miedo sentir estas cosas pero una cosa tengo segura.

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