-O— ¿Qué quiere hablar con nosotros?— Pregunta apretando más a sus hermanos hacia él, veo como hace una mueca de dolor, seguramente se tropezó la herida.
Me acerco hasta la camilla.
— Raúl, me estas aplastando.— Dice Timothy tratando de quitar el brazo de su hermano, él con algo de resistencia lo hace pero igual lo mantiene agarrado de la mano, Tom no dice nada y se queda mirando lo que pasa. Raúl no despega la mirada de mi, con tanto miedo en ella pero tan decidido en proteger a sus hermano estando en su estado.
— Niños, ¿podrían ir un momento afuera? Los espera una enfermera que los va a cuidar mientras hablo con su hermano.— Digo con suavidad para no alterar a Raúl, él cual de inmediato niega apretando la mandíbula.
— De ninguna manera ellos se van a despegar de mi, así que olvídese de eso y diga lo que tenga que decir y váyase.— Levanto las cejas sorprendido por la seriedad en su voz y al mismo tiempo la autoridad en ellas.
Sonrío internamente, el niño va a ser algo duro de roer pero nada lo cual no pueda controlar.
Si así lo quieres.
— ¿Recuerdas algo de lo que pasó en ese callejón?— Cruzo los brazos al terminar de decirlo. Automáticamente se pone pálido y mira a los niños para después mirarme enojado. Siento como la comisura de mi labio se levanta y después levanto la ceja esperando su respuesta.— Niños, vayan afuera un momento. No vayan tan lejos de mi puerta y cuando los llame, entran de inmediato ¿Entendido?— Les habla a lo cual ellos asienten, yo me acerco a la puerta abriendola y encontrándome con la enfermera.
— Los pierdes y acabo con toda tu carrera ¿Ok?— La amenazo. Temblando asiente y los niños salen.— Hagan caso ¿Si niños?— Ellos sonriendo asienten, les devuelvo la sonrisa la cual desaparece cuando veo a la enfermera, se pone pálida y agarra las manos de los niños. Cierro la puerta y me volteo hacia Raúl, él cual no a despegado la mirada de mi.— Seré claro Raúl, necesito saber que paso y quien era para ayudar.— Me acerco a su camilla y me cruzo de brazos. Trago saliva y niega.
— No le incumbe, no es su problema. Olvide lo y aléjese. ¿O cuales son sus verdaderas intenciones?— Se cruza de brazos para tener más fuerzas en sus palabras.
Tiene agallas el niño.
— Proteger a Elizabeth.— Se queda de piedra al escuchar el nombre, frunce el señor y me mira de arriba hacia abajo.
— ¿Por qué o para qué? ¿De donde se conocen? ¿O acaso le hiciste algo y quieres remediarlo? Porque créeme que sobre mi cadáver te acercas a ella.— Aprieto la mandíbula por la insinuaciones que hace hacia mi. Trato de respirar hondo y recuerdo que apenas es un niñato.
— ¿Y que hubiera pasado si mueres desangrado en ese callejón? ¿Quien la iba a proteger? Porque el único que la debe proteger está juntándose con gente que hasta la pueden matar, a ella y tus hermanos.— Gruño enojado. Se congela ante mis palabras.— A Elizabeth la conocí hace meses, me ayudó en un momento muy delicado para mi.— Me mira con curiosidad. Decido omitir algunas partes.— Desde ese día no la volví a ver, si no hace poco. Le di mi número y creeme si no me hubiera llamado, ya estuvieras muerto y ella sin saber que hacer.— Deja de verme con vergüenza, relajo un poco mi voz.— No te estoy pidiendo que me des las gracias.— Me vuelve a ver.— Solo pido ayudar a Elizabeth y a tus hermanos.— Me mira dudoso. Y uso mi carta final.— Elizabeth esta en cama porque se desmayo por la falta de alimentación y vitamina.— Abre los ojos asustado.
— ¿Qué? ¿Cómo está ella? ¿El bebé?— Muerdo mi labio inferior.
Sabe del bebé.
— Ella y el bebé están bien. Solo que no había comido nada por la preocupación.— Cierra los ojos derrotado y se lleva las manos hacia la cabeza.— Yo los voy a ayudar a todos Raúl, quiero que se vayan a mi casa en la cual van a tener todo.— Se quita las manos de la cabeza y me mira sorprendido para después negar.— No quiero que me digas nada y lo pienses, hables con Elizabeth y después más calmados tu y yo tendremos esa conversación. ¿Ok?— Ordeno, a lo cual el solo asiente. Miro mi reloj, notando que había pasado ya un rato y Aarón no había llegado, frunzo el ceño. Miro a Raúl.— Voy a decirles a tus hermanos que entren y voy a ver como esta Elizabeth. Sin esperar respuesta me doy la vuelta y salgo de la habitación encontrándome a la enfermera con los niños y ni señales de Aarón.— Niños.— Llamó su atención, haciendo que me vean de inmediato y la enfermera se ponga pálida.— Entren que en un rato va a llegar mi amigo con algo de comer. ¿Si se acuerdan de quien hablo?— Ellos asiente y con la compañía de la enfermera van a la habitación de Raúl.
Rápidamente me dirijo hacia la habitación de Elizabeth preocupado por que hubiera pasó algo y por eso Aarón no había llegado. Mientras voy de camino voy viendo a los lados pero no veo ningún rastro de él.
Cuando estoy llegando a la habitación donde esta Elizabeth, me apresuró más y sin pensarlo abro la puerta sin imaginar la imagen que me esperaba.
Aarón sentado al lado de Elizabeth riendo, siento como una rara sensación me invade el pecho.
¿Qué mierda?
— Pensé que te habías perdido, porque nunca llegaron las cosas.— Digo con la mandíbula tensa, él abre los ojos y asiente. Me coloco al lado de Elizabeth y él se excusa para después despedirse de ella y al final le acaricia la mano, acción la cual me hace gruñir por lo bajo. No dejo de ver a Aarón hasta que sale de la habitación.
¿Por qué se le acerca tanto y le toca la mano? ¿No le deje claro mis sentimientos por ella?
— ¿Todo bien con los niños?— Miro a Elizabeth y automática me relajo asintiendo.
Nota de la Autora: ay ay ay. Esto se pone potente.
Que me dicen ustedes? Estuvo bien lo que le dijo Oliver a Raúl?
Celos?
Miedo?
Drama? Obvio siEspero que les haya gustado.
Gracias por la paciencia.
Gracias por leer.
Si les gustó el capítulo le pueden dar a la estrellita para saber.
Comenten cualquier pregunta o algo que quieran saber.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
Bai.
-B
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Una nueva oportunidad
RomanceÉl, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta. Ella, huerfana, se escapó del orfanato...