-EEs él
- Elizabeth.
Doy un paso atrás por la impresión. Recorro su rostro, su cabello está desordenado, sus ojos cafés brillan pero abajo de ellos veo unas ojeras bastante marcadas.
Da un paso hacia a mi y instintivamente doy uno atrás. Me mira confundido pero no da otro paso.
- Oliver.
Cuando escucha su nombre salir de mis labios, me regala una gran sonrisa. Siento mi corazón latir con fuerza.
- ¿Cómo has estado?
Si supieras
- Bien y ¿tú?
- Muy bien y ahora que te vuelvo a ver estoy mejor.- Cuando dice lo último siento el miedo subir por mi espalda y mis pensamientos empiezan a ir a un lugar oscuro. Retrocedo unos pasos más guardando el libro rápidamente en el bolso. Él arruga la cara al ver la distancia y mis movimientos nervioso.- ¿Podemos hablar? Estoy en un restaurante por aquí cerca.
Suena una alarma en mi mente. Niego rápidamente.
- No gracias, me debo ir.- Me voy a dar la vuelta pero me detengo cuando veo que da unos pasos hacia mi. Mis nervios aumentan.
- Por favor. Solo serán unos minutos y después de puedes ir si quieres.- Me voy a volver a retractar pero veo la suplica en sus ojos la cual me hace titubear.
- ¿Unos minutos nada más?- Él asiente frenéticamente. Suspiro para después asentir.
Sonríe feliz y me hace una señal para empezar a caminar. Con duda todavía, empiezo a caminar.
El camino al restaurante se pasa en silencio y lo agradezco porque mis nervios me están carcomiendo por dentro.
Al llegar al restaurante mi arrepentimiento aumenta, tengo miedo de lo que quiera hablar conmigo.
Al entrar me siento incomoda por las miradas que recaen en nosotros. Una chica con una camisa y pantalones viejos, rotos y sucios, al lado de un hombre elegante y con un traje que, tiene que costarme un pulmón.
Si es que me alcanza un pulmón.
Al llegar a la mesa, él arrastra una silla indicándome que me siente. Con algo de vergüenza lo hago, el rápidamente de sienta la frente de mi y antes de poder preguntar de que quiere hablar, levanta la mano llamando al mesero. El cual llega corriendo.
- Señor. ¿Todo bien?- Pregunta jadeando, echándome una mirada de reojo, la cual me hace sentir incomoda.
- Todo bien.- Dice fríamente, haciendo que el camarero diera un paso atrás. Después se dirige a mi suavizando su mirada.- ¿Qué te gustaría comer? ¿Te apetece algo?- Su pregunta me deja tiesa.
¿Me está invitando a comer?
- No, no, no. Nada gracias.- Digo cuando salgo de mi asombro. Él vuelve la mirada al camarero.- Una pizza porfavor.- Dice ignorando lo que le dije. Arrugó la cara y espero que el camarero se retire.
- Dije perfectamente que no quiero nada.- Él me mira y levanta una ceja arrogante, veo que va a hablar pero lo interrumpo.- Y no debería decidir por mi cuando claramente le dije que no. Porque solamente vine a hablar con usted de algo de lo cual estoy esperando que diga.- Digo de manera fría, levantando la ceja como el lo hizo y él abre los ojos sorprendido por lo que dije.- Así que muchas gracias por la oferta de comida, pero no la quiero.
Me levantó pero antes de dar un paso el me agarra la mano, abro los ojos y miro su mano con la mía. Retira rápidamente su mano, levantó la mirada y rápidamente escondo mi mano para que no vea el leve temblor que empezó a tener.
ESTÁS LEYENDO
Una nueva oportunidad
RomanceÉl, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta. Ella, huerfana, se escapó del orfanato...