-ESiento mis manos temblar al pararnos frente al hospital.
Tengo muchas ganas de ver al bebé desde la última vez y que todo este bien con el, por instinto paso mi mano por mi vientre un poco más hinchado. Sintiendo gran felicidad por tener una vida creciendo en mi, a pesar de todo estoy feliz de tenerlo conmigo, me sobresalto al sentir una mano arriba de la que tengo en mi vientre. Levantó la mirada hacia Oliver el cual me da una mirada que hace que mi corazón se acelere de una manera rara pero que me gusta mucho.
— Todo va a estar bien.— Dice con tanta seguridad que hace que mi respiración de normalice pero mi corazón se acelere más. Asiento y me sonríe.— Salgamos entonces y veamos como está ese bebé.
Sale del coche, dando la vuelta para abrirme la puerta con ayuda de su mano salgo de su auto, despega su mano de la mía, sintiendo que fue muy poco tiempo que la tocó. Cuando cierra la puerta se coloca a mi lado y su mano va a mi espalda, siento un revoltijo al sentir como me quema esa mano en mi espalda.
Nos encaminamos dentro del hospital y adentro nos acercamos a la recepción, una enfermera levanta la mirada y se fija en Oliver.
— Cita para Elizabeth Garcia.— Le dice con un tono que hace que la enfermera se ponga pálida. Me e dado cuenta que Oliver es muy duro con la gente a su alrededor. La enfermera asiente dándole el número de piso, sin decir más asiente guiándome hacia el ascensor, miro a la enfermera asintiendo agradecida. Cuando las puertas del ascensor se cierran miro a Oliver el cual ya me está viendo, trago saliva.
— Deberías ser más amable.— Frunce el ceño y no sé de dónde sale pero levantó mi mano y paso mi pulgar por esa arruga que se forma en las cejas, deja de hacerlo cuando siente mi caricia asintiendo a mis palabras. Bajo la mano cuando las puertas se abren y salimos encontrándonos una sala con muchos postes de bebés y mujeres embarazadas. Hay unas sillas de espera en las cuales hay muchas mujeres unas con la barriga más grande que la otra, la mayoría acompañada y otras vienen solas. Nos acercamos a unos asientos vacíos, nos sentamos.
— ¿Primer embarazo?— Volteo la vista encontrándome a una rubia con un vientre que parece que en cualquier momento va a explotar. Tiene los ojos verdes y una gran sonrisa apesar de sus ojos cansados, asiento despacio devolviendole una pequeña sonrisa.— Ufff... Yo me acuerdo de mi primer embarazo, pánico, terror y sin saber que hacer.— Levantó las cejas sorprendida por la información, asiente como si estuviera desacuerdo con todo lo que dice.— Pero a la final lo mejor de todo es cuando salen.— Se desploma en el asiento como si sintiera diez kilos que la aplastan, lo cual le creo si me dice con su gran barriga.— Y después viene lo peor si no crees que en sí ya tenerlo adentro ya no lo es. No vuelves a dormir, no sabes lo que es estar sola y mucha poco con un olor a muerto viviente.— Le sonrío en sí sabiendo lo que me dice por qué ya lo viví con Thomy. Sus primeras semanas fueron horribles.
— Dijiste que recuerdas tu primer embarazo. ¿Cuantos bebés tienes ya?.— Pregunto con curiosidad, busca su teléfono, teclea algo en el y después me lo muestra. Mostrando una imagen donde aparece ella con un hombre enorme y tres niños iguales de rubios que ella pero iguales de grandes que el hombre que aparece en la foto.
— Jack, Jonathan, Javier.— Apunta a cada uno mientras va diciendo sus nombres.— Y Julieta.— Termina acariciando su gran barriga.
— Son tan lindos todos. Felicidades por la niña.— La sonrisa que me da creo que pudo iluminar toda la habitación.
— Si, por fin la niña. La estuvimos buscando, después de aquí no más niños la fabrica cerrará.— Se ríe, mira mi vientre.— ¿Cuantos meses tienes ya?
— Cinco meses cumplo mañana.— Asiente y sin preguntar acerca su mano a mi barriga acariciándola, me sorprendo pero dejo que lo haga.
— Ya no debes tener tantos vómitos entonces, viene la mejor parte que es cuando el bebé empieza a patiar. Ojalá sea niña porque los niños creen que eres campo de fútbol.— Trago asustada por sus palabras, cuando mira mi rostro levanta las cejas y se ríe.— Tranquila, no es tan malo como lo digo. Además tienes a tu esposo el cual se nota interesado.— Apunta hacia Oliver y cuando lo volteo a ver esta viendo unas revista de maternidad pero por lo que veo no debe ser nada bueno porque en cada hoja que pasa se pone más pálido, sonrío y volteo a decirle que no es mi esposo pero un hombre más específicamente el que aparece en la foto que me mostró se acerca a ella.
— Ya esta todo listo mi amor.— Le dice y la mira con tanto amor que suelto un pequeño suspiro. Ella asiente y me voltea a ver, dándome una gran sonrisa.
— Espero volverte a ver, me caes super bien.— Se levanta con la ayuda de su esposo.— Que te vaya bien... eh.— Dice sin saber mi nombre.
— Elizabeth.— Le respondo su duda. Sonríe viendo a su esposo.
— Hasta su nombre es lindo, no lo puedo creer. Mucho gusta Eli, me llamo Katherine.— Asiento hacia ella y ella se aleja despidiéndose con la mano.
Siento una mano en mi rodilla y me encuentro con los ojos de Oliver.
— Esa chica parece que no dejaba de hablar.— Me río por lo que dice y niego.
— Elizabeth Garcia.— Me llama una enfermera, nos levantamos sintiendo otra vez su mano en mi espalda. Suelto un suspiro y entramos a la habitación.
ESTÁS LEYENDO
Una nueva oportunidad
RomanceÉl, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta. Ella, huerfana, se escapó del orfanato...