Capítulo 35

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                                                    -O

Cierro la puerta al pasar y Aarón se recuesta en el escritorio, me sonríe.

— ¿Cómo les fue? Vi a Elizabeth feliz.— Pasa su mano por el cabello.

Aarón a sido mi amigo desde hace mucho tiempo, mi mano derecha. Prácticamente como hermanos, su padre me trata como otro hijo y mi padre por igual. Sabe cada secreto que tengo y yo los suyos, según me dijo su padre sus ojos son de su madre, la cual murió hace años apenas el tenía unos cinco años. Murió junto con su hermana de meses que tubo en un accidente de tránsito. Cada año lo acompaño a visitar a su madre e hermana, siempre hemos estado juntos en las buenas y en las malas. No quisiera que tantos años se fueran a la mierda por Elizabeth.

— Bien.— Me limito a decir, busco un trago en la mesita de licores que esta a un lado de mi escritorio.

— Oliver. ¿Algo pasa? Te noto raro desde que salimos del hospital.— Respiro profundo antes de voltear a verlo, mirándolo fijamente, volviendo a preguntarme mentalmente si son ideas mías lo que veo.

A la mierda.

— Dime tu Aarón. ¿Algo pasa?— Frunce el ceño y me mira con confusión.

— No hermano, todo bien.— Me siento en el sillón sin despegar mi vista de él.

— ¿Qué piensas de Elizabeth?— Levanta las cejas sorprendido pero me da una sonrisa y sus ojos brillan un poco.

Claro que algo pasa.

— Es una mujer espectacular hermano. Cuando me hablaste de ella la primera vez, pensé en otra persona, pero la verdad Elizabeth me a dejado sorprendido. Muy buena persona, se nota que ama a los niños, super linda y comprensiva.— Levantó una ceja pero no hago ningún gesto al escuchar lo que dice de ella y siento que me hierve la sangre.

— Te gusta.— Afirmó, su sonrisa se borra y se pone pálido.

— ¿Qué mierda? ¿Por eso has estado así conmigo? ¿Por qué crees que me gusta?— Veo como se pone un poco rojo, lo que me hace entender que se está molestando.

— Con ella es todo risas y las tocas, ¿Mierda para que la tocas?— Le pregunto ahora si sin guardar la calma. Abre la boca sorprendido y se acerca a mí, me levanto y quedamos de la misma estatura.— La miras, la miras con algo raro y siempre le andas sonriendo.— Niega con los ojos abiertos.

— Hermano no. ¡Joder!— Me agarra de los hombros y me zarandea.— Desde el primer día me has dejado claro que te gusta. Mierda hermano, estas loco por esa mujer. Yo no la veo como tu dices.— Da pasos hacia atrás negando. Frunzo el ceño y me le quedo mirando esperando una explicación.— Ella.... Con ella me siento bien hablando, siento que me entiende, no sé hermano. Siento que la tengo que proteger, no me gusta de esa manera que tu crees, me siento como en casa con ella, como en familia, como una hermana. Lo siento por hacerte pensar otra cosa— Me relajo y trato de procesar lo que dice.

Hermana.

Se me apreta el pecho, lo poco que conoció a su hermana, la amó desde el primer momento. Eso es lo que siente por Elizabeth, la quiere como la hermana que perdió.

Me acercó a él y le palmeo el hombro.

— Hombre, discúlpame a mi. Es que quiero demasiado a Elizabeth, nunca tuve que desconfiar de ti. Solo que nunca e sentido esto por alguien y mierda no quiero perderla y tampoco a ti hermano.— Me abraza y le devuelvo el abrazo, sintiendo al arrepentimiento. Me separo de él.— Esta bien hermano, ya todo aclarado podemos estar tranquilos. Puedes venir cuando quieras.— Busco en mi bolsillo la foto y se la muestro, veo como se derrite por la foto.— Es una niña.— Me mira y le brillan los ojos.

— ¡Esto es fantástico hermano!— Empieza mientras sigue mirando la foto.— La podemos poner en ballets y voy a comprarle mucha ropa. ¡Dios Oliver! hay que buscar otro departamento, hacer su cuarto de rosa o de morado, debo buscar por Internet hay que ver todas las opciones o que linda debe ser una mini Elizabeth. ¿Puedo ser el padrino?— Ahora soy yo que pongo las manos en sus hombros. La niña va a tener hombres intensos porque yo también pensé en eso cuando veníamos.

— Hermano cálmate. Primero Elizabeth debe aceptar estar conmigo. Quiero colocarle mi apellidos a todos los chicos y ser el padre de esa niña que viene.— Me mira sorprendido, asiento de acuerdo con lo que debe estar pensando.

— Santa mierda. Hermano.— Susurra.— A ella le gustas, si lo e visto.— Siento que mi corazón se acelera y suspiro.

— Quiero que todo vaya a su tiempo hermano, no la quiero presionar a nada. Quiero que ella misma me lo diga y quiera.— Asiente conforme.

— Bien.— Lo dice como si acabará de cerrar un trato. Niego sonriendo, me mira y palidece.— ¿Tus padres? ¿Tú madre? ¡Dios!— Empieza a caminar de un lado a otro, lo miro mientras caigo en cuenta de lo que me dice.

— Primero la debe conocer mi padre, mi madre obviamente no la va a aceptar pero eso ya no me interesa. Lo importante es que ella esté conmigo y los chicos también.— Asiente de acuerdo.— Podemos hacer una cena, invita a tu padre para que no sea todo tan serio.— Se detiene y me mira.

— Perfecto. El próximo fin de semana lo podemos hacer, no tan pronto que Eli no se sienta presionada o angustiada, le voy a comentar a papá y el sabes que siempre viene si esta tu padre.— Le sonrío y el levanta la mano para que le de los cinco, ruedo los ojos pero lo hago.

Todo va a estar bien.

Todo va a estar bien

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