-E
Cuando sus labios tocan los míos, hay una explosión a nuestro al rededor. El corazón empieza a bombear más rápidos, la sangre se calienta y todo pensamiento me deja en ese momento.
Sus manos en mis mejillas se sienten cálidas y su cuerpo junto al mío encaja como piezas perdidas volviendo a unirse.
Nos quedamos un momento sin hacer ningún movimiento, quietos. Sintiendo por primera vez nuestros labios, reconociendo el sentimiento que causan sus labios en los míos.
Él aleja sus rostro del mío después de unos minutos en esta posición mirándonos. Suelto un suspiro mirando esos ojos que ahora veo los sentimientos que no pude ver antes.
Amor.
Sin pensarlo ahora soy yo quien lo agarra del rostro y pego mis labios con los suyos, moviendolos lentamente. El gruñe quitando sus manos de mi rostro para después rodearme apretandome hacia él, gimo al sentir la calides de estar entre sus brazos. Mueve sus labios más duros y dominantes que hace que me derrita, muevo mis manos hasta rodear mis brazos en su cuello y apretarlo más hacia mi. Gimo al sentir que muerde mi labio inferior y él aprovecha y desliza su lengua entre mis labios. Me apretó más hacia él arañando un poco su cuello lo que hace que gima separándose de mi.
— Dios me vas a matar.— Dice entrecortadamente, siento mi pecho subir aceleradamente. Me fijo en sus labios inchados, después subo la mirada a sus ojos los cuales tienen una tonalidad más oscura, pasó mi lengua por mis labios al sentirlos palpitar. Esto activa algo en Oliver porque vuelve a atacar mis labios, deslizando sus manos a los lados de mi cuerpo hasta llegar a la parte de atrás de mis rodillas para después levantarme y hacer que le rodee el torso con mis piernas. Jadeo sorprendida por su fuerza y me aferro más a él, aprovecha y vuelve a deslizar su lengua por mis labios.
Se empieza a mover hacia atrás hasta que caemos en un sofa. Mueve sus manos hacia mis caderas apretandolas hacia él, muerdo su labio inferior al sentir su dureza. Gruñe de satisfacción acercándome hasta estar pecho con pecho.
Me separo asustada de él al sentir una patada. Abre los ojos asustado y me mira con claro miedo al ver mis ojos abiertos de par en par, con sus pulgares me acaricia la cadera.
— ¿Fui muy rápido? ¿Estás bien?— Y ahí lo vuelvo a sentir otra vez en mi vientre. Me llevo las manos al estómago, haciendo que Oliver se alarme y se siente mejor conmigo encima.— ¿Te sientes mal? ¿Qué pasa con el bebé?— Otra patada y siento mis ojos aguarse, agarro la mano de Oliver y la llevo hasta mi vientre colocando las mías encima. Me mira confundido.— ¿Qué.. — Patada, Oliver se sobresalta y me mira sorprendido.
— Esta pateando.— Abre la boca y la vuelve a cerrar y se me queda mirando, esperando.
Patada.
Patada.
Patada.
Y tengo el privilegio de ver la gran sonrisa de Oliver cuando la bebé vuelve a patear. Hace que me pare de encima de él y se acerca hasta mi estómago pegando su boca haciendo que se me erize toda la piel.
— Hola beba. ¿Cómo está mi princesita?— Lágrimas caen por mis mejillas al escucharlo. El bebé patea hacia su voz, Oliver me mira y sonríe feliz, le devuelvo la sonrisa entre lágrimas.— Te estamos esperando, trata de no patear tan fuerte que a mami le puede doler.— Deja un beso donde todavía está pateando el bebé y se levanta sin dejar de mirarme. Me agarra el rostro.
— Te amo. Te amo demasiado Elizabeth.— Me da un beso en la frente para después abrazarme, con los sentimientos a flor de piel le devuelvo el abrazo.
— Buenos días.— Oliver entra a la cocina, coloco el jugo en la mesa y me fijo como sacude el cabello de los chico y después me mira, me da un giño, haciéndome sonreír. Se sienta en la mesa y empieza a desayunar y yo hago lo mismo al lado de Thomy.Después de veinte minutos empiezo a recoger los platos.
— Chicos busquen sus mochilas, los voy a llevar a la escuela hoy.— Les dice, Thomy es el único que brinca feliz. Los demás solo asienten levantándose, empiezo a limpiar los platos cuando siento unos brazos rodearme, sonrío.— Buenos días manzanita.— Me volteo para quedar cara a cara con Oliver el cual tiene una gran sonrisa. Me da un beso en los labios y yo lo separo rápido de mi, frunce el ceño.
— Nos pueden ver los niños.— Gruñe tratando de acercarse de nuevo. Antes que me pueda tocar escuchamos unos pasos venir. Deja caer los brazos con decepción y se voltea a ver a los chicos que nos miran en el marco de la puerta.— Esperenme en la sala, ya voy.— Hacen los que les dice y cuando se van se acerca a mí hasta tomar mis manos y llevárselas a los labios besando mis nudillos en el acto. Suelto una risa, haciendo que el sonría.— Voy a llevar a los chicos y después voy hacer algo, cuando termine voy a venir para que salgamos. ¿Si?— Asiento feliz por que vamos a salir los dos juntos.— Espérame entonces, nos vemos en un rato.— Se acerca y me da un beso en la frente que me hace cerrar los ojos y respirar su perfume. Abro los ojos cuando se aleja, lanzándose un giño desaparece por la puerta.
Vuelvo a lo que hacía pensando que las cosas ahora están mejor que nunca. Escucho como cierran la puerta de la entrada y no pasan ni cinco minutos cuando tocan la puerta.
Frunzo el ceño confundida, tal vez se olvidó las llaves y por eso tocan. Me limpio las manos para después dirigirme a la puerta, abriendo y sorprendiéndome por la persona tras de ella.
— Buenos días Elizabeth.
— Buenos días Señor Carter. Oliver se acaba de ir.— Digo al padre de Aarón quien desde la última vez que lo vi tienes una grandes ojeras y se ve más pálido.
Me sonríe triste.
— Lo sé, te vine a ver a ti. Quiero contarte una historia.— Dice mirándome detalladamente el rostro. No sé porqué pero sin pensarlo lo dejo entrar para escuchar esa historia que me cambiaría la vida.
Nota de la Autora:*Publica el capítulo y se va lentamente*
-B
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Una nueva oportunidad
RomanceÉl, un empresario multimillonario. Guapo, sexy, gruñon, con un ego bastante grandre y sexy ¿Ya había dicho sexy? ¿Si? bueno es que es realmente sexy. Con padres exigentes y una novia que a sus ojos es perfecta. Ella, huerfana, se escapó del orfanato...