Capítulo 25

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                                                           -E

Cuando sale y cierra la puerta, me recuesto en la camilla. Cierro los ojos soltando un suspiro, estoy agotada tanto mental como emocionalmente.

¿Cómo pudimos llegar a esto?

Tantas cosas que han pasado, me tienen abrumada. ¿Estuvo bien haber aceptado la oferta de Oliver? Lo único que sé por el momento es que con él estoy bien y segura. Por muy poco tiempo que lo llevo conociendo, se que con él nada va a estar mal.

Me quedo de esa manera por lo que siento que pasan mituntos pero abro los ojos cuando siento que abren la puerta, encontrándome al amigo de Oliver con algunas bolsas en las manos. Frunzo el ceño, pero trato de relajarme.

— Eh.. Oliver me pidió que trajera algunas cosas para los niños y pensé que seguramente tendrías hambre y bueno.... te traje esto.— Termina de decir sacando un sándwich y un jugo de una de las bolsas. Miro lo que me extiende y termino tomando las cosas.

— Gracias.— Le digo y observo como se rasca la nuca y mira a todos los lados nervioso. Me causa gracia, al recordarme a los niños, cuando hacen alguna travesura.— Mmmm....Aarón ¿No?— Se queda quieto y me mira fijamente, a la final asiente y le muestro un pequeña sonrisa.— Te agradezco también por habernos ayudado a traer a Raul y por estar pendiente.

Niega sonriendo y se acerca más a la camilla, siento que mi corazon se empieza a acelerar.

— No, la verdad no fue nada.— Empieza a decir mientras agarra mi sándwich el cual había colocado al lado en una mesa, empieza a quitarle la envoltura.—  Oliver hizo todo el trabajo, cuando vi toda esa sangre me quedé paralizado. Oliver fue rápido y supo reaccionar.— Trago saliva al recordar lo que pasó, termina de desenvolver el sándwich y me lo pasa. Lo observo con rareza y al notarlo vuelve a hablar.— El doctor dijo que debías comer más y también tomar más vitaminas por el bebé, el sándwich no es tan pesado, tiene pollo y no te va a caer mal, el jugo de naranja por otro lado es natural, eso quiere decir que te va a dar bastante vitaminas también.—
Lo miro sorprendida por lo que me dice pero de alguna rara forma no me causa miedo su presencia, miro el sándwich y sin dudarlo le doy el primer mordisco, sintiendo como mi estomago me lo agradece.

— Gracias.— Digo cuando termino de masticar, él  niega y me alienta a que le de otro mordisco.— ¿Tú y Oliver llevan mucho tiempo conociéndose?— Pregunto primero y después le doy otro mordisco al sándwich, él me sonríe destapando el jugo de naranja para después dármelo.

Me siento bien con él.

— Y le dije ¿Tú y cuantos más? Pero por dentro estaba temblando como gallina porque él tenia más amigos y yo solo era yo

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— Y le dije ¿Tú y cuantos más? Pero por dentro estaba temblando como gallina porque él tenia más amigos y yo solo era yo.— Me saca una carcajada, haciendo que él también se ría.

— Te gustaba meterte en problemas.— Asiente.

— Si, demasiado diría yo. Me gustaba asustar a la gente en ese tiempo, pero lo malo es que las chicas escapaban de mi todo el tiempo, por muy espectacular que era.— Dice haciendo una pose muy graciosas, niego riendo. Hemos hablado bastante y me estaba contando una anécdota de cuando estaba en la secundaria.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora