I. Reina amargada

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— Si tu intención al venir aquí era casar a alguien de tu descendencia con mi hijo, haber traído algo que valiera la pena como mínimo.

—Pe-pero-

—No a la hija bastarda que tuviste con una prostituta—Curiosamente, no suena despectiva al decir aquello—. Que instrucción alguna no tiene en su saber más allá de un par de tetas para intentar convencer al rey de que es la indicada para esto. Necesito una mujer que sirva como reina en un futuro, no un adorno. Lárgate. —Y sin más levanta de su trono y marcha.

Hay un incomodo silencio por un par de minutos hasta que se escucha el suave movimiento de la ropa, los tacones de los zapatos y demás. El rey en la sala se frota el rostro con una mano, inclinado a un lado y careciendo de paciencia alguna para la escena que se acaba de hacer en su palacio por culpa de su esposa. El más joven en el lugar se aclara la garganta, queriendo llamar la atención del monarca. La obtiene a medias, pues lo primero que escapa de su boca es lo siguiente:

—Como si lo único que hiciera ella no fuese darme esos tristes y pequeños senos que tiene. Ni abrir las piernas pue-

—Papá—Interrumpe incómodo—. Envié más cartas como mamá pidió, no te estreses. Hay muchos reinos más. Una opción menos- dieciocho opciones menos no van a ser el fin de todo.

El hombre mayor lo mira un instante con ojos irritados.

—Procura que lo que consigas al menos use la boca para algo más que quejarse y echar a gente de este salón.

Asiente incomodo levantando de su asiento y saliendo por el mismo rumbo que la mujer. No le cuesta mucho alcanzarla, se encuentra en uno de los pasillos que dan al jardín, extendiendo y jugando con el brillo que se filtra por una de las pequeñas aberturas decorativas. Se acerca lo suficiente para que ella lo noté y bufe al instante, reanudando su marcha por los pasillos que parecen infinitos y exactamente iguales para cualquiera que no viva aquí.

—Comprendo que-

—Como te atrevas a decir que no era mala opción te largas de mi vista, Taehyung. —Advierte sin mirarlo y andando recta.

—No se trata de eso.

— ¿Entonces?

—Tan solo creo que estás haciendo más difícil algo que debería ser fácil.

— ¿Desde cuándo volverte rey es fácil? Si te dejo con cualquier estúpida que solo sepa maquillarse este lugar se destruye. No tengo tantos años aquí para que una niña linda lo destruya todo.

Sonríe forzado y su madre le cierra la puerta en la cara. En teoría no debería poder entrar a la habitación, pues es la matrimonial de los monarcas, pero se da el lujo para continuar la conversación. Ella sentada frente a su cómoda para arreglar el par de mechones que salieron de su peinado sencillo y firme.

—Vete de aquí antes de que armes un escándalo.

Taehyung permanece de pie observando a su madre. Su linda y pequeña madre Min Yoonji. Por efecto del matrimonio es Kim Yoonji, aunque jamás se presenta así. Personalmente -quizá ligado a que es su progenitora-, la considera extremadamente bonita.

Su rostro con lo justo de relleno, los ojos de forma triangular y pequeños, el cabello tan negro como las alas de un cuervo y la piel pálida. Extendida por todo el cuerpo a la vista en el cerrado vestido que le corta la respiración. Muchos creen que habla poco.

La realidad es que el corsé le aprieta tanto que apenas tiene aire y si habla demasiado es posible que se desmaye por falta el esfuerzo.

Ladea la cabeza. Todos la tienen tachada como la reina amargada, la reina bruja, la reina ardida, etc. Todos han puesto un apodo del estilo y es que Yoonji se ha ganado a pulso tal fama. Su actitud es menos que irritada y parece tener un odio general hacia cualquier ser humano que aparezca en su entorno. Mirada de asco, supuesta frigidez, en fin.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora