XV. Breve despertar

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— ¿Terminaste la...?

Namjoon se detiene y sonríe con deje enternecido. Las clases que le da a Jeonggoo tienen que ver con ella en un pequeño salón de clases. Nadie lo usa. Hay mucho del castillo en desuso por la falta de niños o más gente que lo ocupe.

Siendo así, Namjoon tomó el espacio para enseñarle a Jeonggoo lo que tanto estaba queriendo saber. Lo más teórico y relativamente aburrido de la milicia. Usualmente también la hace acompañarlo a los entrenamientos al aire libre para que pueda mirar, consecuente a eso ponerle alguna evaluación.

Lo que le produce ternura, es que ella está dormida con varios libros alrededor de ella. Sus labios ligeramente separados y sus brazos puestos como almohada. Se acerca silencioso para verla mejor. Es una niña demasiado linda. La forma de su cara, sus labios, como sus mejillas se abultan y el cabello le resbala por el rostro.

Sus enormes ojos cerrados con las gruesas y pobladas pestañas. Jeonggoo da un quejido entre sueños, acomodándose en el lugar. Se pregunta si pasó algo por la noche para que esté cansada. A veces la ve adormilada, pero nunca ha habido una explicación congruente a ello. Solo la asunción de que se queda tonteando por el palacio en lugar de dormir.

Le acomoda algunos mechones de cabello, Jeonggoo suspira y Namjoon es capaz de notar los cuadernos que tiene bajo ella. Todos con amplias anotaciones a las que incluso pone dibujos y decoraciones. La levanta con cuidado para cargarla. Sin obstáculos, es capaz de admirar mejor.

Encuentra todo lo que le pidió que investigará y aparte de ello, la clase que le dio ayer. Todo ordenado perfecta y armoniosamente. Revelando su entusiasmo por lo que hace. Namjoon camina para llevarla a que duerma en su cama. Evitarle un dolor de cuello apoteósico. Su habitación es compartida con Hosook, por lo que es natural hallar dos camas en el espacio suficiente para dos personas, apenas estrecho.

La deja en la cama del lado derecho. Al lado izquierdo hay cientos de pequeñas macetas con flores en momento cúspide. Extraño considerando la temporada en la que se encuentran actualmente. Jeonggoo se acurruca en su cama y Namjoon apresura a arroparla. Le da un par de palmadas en el hombro con una sonrisa.

— ¿Uh?

Da cuenta de los dibujos y papeles pegados a la pared. Hay dibujos enormes y muy buenos de animales. Lobos, ciervos e incluso algunos antropomórfico o gente usando sus pieles de forma muy representativo. Tras rebuscar un poco más, encuentra que en la mesa hay papeles con símbolos extraños. Comparación con el alfabeto y un mensaje repetido religiosamente en casi cuarenta hojas. Con ayuda de la comparación es capaz de descifrar el mensaje.

— "Aun con el tiempo que pase, jamás olvides tu linaje" —Lee en voz alta. Jeonggoo se pone boca abajo, con un gesto fruncido—. Que extraño. —musita. Los animales, los dibujos de las pieles, este mensaje y ese idioma escrito. Es peculiar. Muy peculiar. Las preguntas sobre Jeonggoo lo llenan cada día un poco más.

~ * * * ~

—Buenos días. Me enteré de que a usted le gustan las flores rosas y considerando que conseguí estás durante mi salida hoy, consideré que le gustarían como adorno en su habitación.

Sujin mantiene el gesto sorprendido. No creyó que Hosook se acercara voluntariamente. Imagino que huiría eternamente. Quizá el contacto visual sea nulo, pero es indiferente ante el gesto de la doncella: Regalarle un enorme arreglo de flores solo por saber que le gusta el rosa. Abre y cierra la boca en su pasmo. Estira las manos y lo recibe.

—Aw, aparte de bonita eres un encanto—elogia volviendo a su actitud usual. La mirada clavada en interesada de la princesa hacia la doncella penosa—. Muchas gracias. Sin duda es mejor que oler las sábanas guardadas que usan para vestir mi cama—lamenta entrando a la habitación para dejar el ramo en una de las mesas—. ¿Quieres entrar?

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora