Queen Ilsig || YoonMin

XXVIII. Charlas privadas

Entreabre los ojos, le pesan los parpados y siente mucho frío. Mira a un lado, encontrando a Hosook dormida y sentada en uno de los sofás individuales de la habitación. Jimin consigue estirar una mano para tomar la de ella. Hosook espabila con rapidez y sonríe.

— ¿Cómo se encuentra princesa? —cuestiona con voz suave y lenta. Jimin no consigue decir nada—. ¿Le traigo algo caliente de beber? —Asiente apenas y Hosook levanta al conejo para ponerlo en la cama. No demora en acurrucarse con Jimin.

Tal como el samoyedo y el lobo. Ambos con las orejas caídas y chillando lastimero. Jimin vuelve a cerrar los ojos. Respira pesado y lento. Hosook no tarda en ir y venir. La ayuda a sentarse y a beber. Jeonggoo entra a la habitación con un tazón enorme lleno de agua. Empapa y exprime un trapo, pasándolo por el cuello, clavícula, rostro y parte de la espalda de la princesa.

—Estuvo dormida una semana—Anuncia la menor y Jimin arruga la cara—. El príncipe envió una carta. Está de camino para acá. Ya todo terminó.

—Al... menos... —No tiene ni fuera suficiente para hablar. Es horrible.

—En el transcurso del día mejorara—Asegura Hosook risueña—. ¿Quiere que haga tinte? Quizá la reina no diga nada y todo pueda seguir su curso—propone Hosook y Jimin no da respuesta ninguna. Tinte o no, ya se sabe, fue Yoonji quien lo dijo—. Le pedí a la princesa Sujin y me dijo que es un secreto-

—A cambio de ese beso que te dejó con la boca roja—burla Jeonggoo y Hosook le da un empujón—. Y la marca en la nuca.

— ¡UN MOSQUITO!

—Que le gusta el color rosado y las flores. Un mosquito que está afuera saludando.

Hosook corre a asomarse y Jeonggoo rompe a reír por lo crédula que es Hosook. La doncella se lanza sobre la otra, haciéndole una llave con los brazos y Jimin riéndose de la interacción. Siempre tan payasas.

~ * * * ~

Se mira en el espejo y juguetea con su cabello. Tenía mucho tiempo de no verlo blanco. Lo pintaba apenas se veían a medias las raíces. Exhala, juntando las manos. Apenas tiene la capacidad de estar de pie y hablar. No podría correr o andar más de diez minutos.

— ¿Crees que debería pintarlo de naranja? Quizá así sea un poco más similar a Tae cuando- A-ay, majestad. —Hace una reverencia y eso la marea. Yoonji la observa fijamente.

—Ven conmigo. —ordena.

Jimin aprieta los ojos y los labios, asumiendo lo que puede pasar. No sabe en donde están Hosook y Jeonggoo, si ambas hubieran estado aquí, pudieran haberla ayudado con una excusa para no ir con la reina aún.

Entra a uno de los salones de ocio. Hay una fuerte tormenta de nieve, por lo que hay mucha penumbra. Apaciguada por luces de vela. Toman asiento, Jimin encorvada, su cabeza agachada y temor latente ante la idea de lo que hace aquí. El motivo por el que Yoonji la llamó para empezar: Echarla cancelando el compromiso con Taehyung.

—Así que eres una niña de luna—Inicia Yoonji, viéndola fijamente. Sus ojos filosos y dorados consiguiendo intimidar a la aun adolescente—. ¿Pensabas decirlo en algún momento? —Asiente débil—. Guardaste esta información por poco más de un año sin motivo ninguno.

—N-no quería que me rechazaran—Yoonji levanta la ceja—. Después de todo, lo hicieron muchas veces y ya no tenía opciones...

— ¿Opciones?

—Nadie quiere casar a sus hijos con una albina.

Yoonji bufa. En teoría, es cierto que Jimin es albina y eso por regla básica es señal de debilidad corporal. No aguanta el sol, no aguanta enfermedades, es un lío de pies a cabeza. Jimin se muerde los labios y aprieta las manos bajo la mesa. Llena de miedo.