Queen Ilsig || YoonMin

XLIV. Un poco más mía

Los invitados se mantienen en sus charlas en el enorme jardín. La capilla adornada con miles de flores veraniegas; las vestimentas de gala lucidas a la perfección. Pocos que se encuentran sin acompañante durante la espera a que llegue la novia.

—Siento que ayer estaba celebrando que Jimin cumplió dieciocho. Es tan extraño. —resopla Hosook. los labios pintados de rojo profundo en contraste con el brillante vestido amarillo. Sujin se ríe, cubriéndose parcialmente con un abanico.

—Y también chupabas mi vagina mientras Tae no dejaba de frotarse entre tus piernas—susurra y Hosook enrojece del rostro. Su peinado sencillo y alto con rizos traviesos escapando en su frente. Dándole un aire muy propio de alguien juguetón—. O apretando tus senos en torno a su pe-

— ¡YA CÁLLATE! —chilla escandalosa y abochornada.

—Que extraño estar entre tanta gente pomposa. —murmura Jeonggoo sin dejar de apretar las manos con gesto nervioso. Namjoon da una risa traviesa.

—Por qué crees que Namkyung huyó de estar aquí—Jeonggoo no resiste reír por el comentario de Namjoon—. El secreto está en disfrutar la comida y la bebida. Con mucha suerte, la música también será buena y podrás bailar.

— ¿No bailas?

—Nacimos con dos pies izquierdos. Ni lo intentes. —recomienda Namjoon.

Jeonggoo arruga la nariz y abraza a Namjoon en el brazo. Si supiera que consigue lo que quiere de todos modos.

Hay silencio cuando Jimin aparece, escoltada por Anatole. Siendo una especie de mala señal el que el papá de Jimin no quiso venir a acompañarla. Nadie en su familia vino. No lo esperaba y tampoco le genera una reacción específica. El enorme velo impide que sean capaces de verla. Luciendo como lo acostumbrado: Un enorme punto blanco entre lo colorido que es su alrededor.

Mantiene las manos en su regazo, detenida frente a Taehyung que toma una de ellas y la besa. El sacerdote se aproxima, enuncia mil cosas que francamente a ambos los aburre.

— Y como devoción a quien será su único esposo, la novia deberá de pasar la prueba de las tres rosas—anuncia el hombre mayor—. En caso de no superarla, este matrimonio no podrá realizarse honradamente ni bajo el uso de las puras prendas blancas—Taehyung rueda los ojos discreto—. ¿Juras haber mantenido tus flores hasta el día de hoy con el fin de darle el honor a tu futuro esposo?

—Lo juro. —responde sin tartamudear.

—Que la prueba dé inicio.

. . .

Debe admitir que está nerviosa. Se supone que va a venir a verla una total extraña solo para meter dedos en su vagina. La idea no le fascina. A veces considera esta tradición algo tonta. Cualquiera puede sangrar si le meten cosas. Es natural. No simboliza virginidad necesariamente.

Levanta el velo para ver mejor, aún no llega nadie y ella aquí entrando en un ciclo de paranoia insoportable. Baja el velo y exhala. La boda, luego la fiesta, por último, la noche de bodas. Es la parte que más angustiada la tiene.

Se supone que también pasará una semana en esa cabaña lujosa tan lejana. Una semana entera con su esposo y lo más probable es que se la pasen haciendo cualquier otra cosa menos sexo. Esta parte no la había pensado, pero será, posiblemente, aburrido. Aunque también puede llevar a todas sus mascotas y mantenerse enfocada en ellas. La puerta se abre y escucha pasos. Suelta un respiro profundo.

—Estas tan escondida, que parece ser para evitar que otros te vean.

— ¿Yoonji? —levanta el velo, quitándole del medio. La reina da una sonrisa ladina, golpeando el pañuelo blanco contra su palma.

—En tu reino se acostumbra a una mujer externa para hacerlo, aquí, que sea hecho por la madre del futuro esposo—Jimin enrojece—. De cualquier modo, sabemos que está prueba la tienes más que aprobada.

—Sí, pero hay que mostrarlo.

—Lamentablemente.

Jimin se recuesta y abre las piernas con ligereza. Yoonji dobla el pañuelo en tres pliegos, es una tela muy suave y muy fina. De ese modo no genera daño al ser introducida en conjunto con los dedos. El ritual en sí, no debe ser nada sexual. Hay gente especialidad en esto. Mujeres únicamente. Yoonji sabe perfectamente que solo debe introducir el primer pliegue de sus dedos. Con eso, debería ser suficiente y a juzgar por el sonido que Jimin hace, lo es.

La princesa encuentra incómodo lo que sucede. Yoonji extrae el pañuelo que absorbe la sangre líquida y casi profusa que surgió. Al abrirlo, es posible ver las te manchas de formas casi similares a flores. Rosas rojas. Lo dobla con cuidado y lo deja a un lado. Jimin contiene el aliento por tener a Yoonji tan cerca.

—Debería estarte dando un sermón sobre ser una buena mujer—Jimin gime, cerrando las piernas. Los dedos de Yoonji introducidos lenta y cuidadosamente en su vagina—. Sobre lo feliz que me hace el que desposes a mi hijo, anhelar que lo hagas feliz y tantas otras cosas más que a mí no me importan...

—Y-Yoonji-

Deja de ser incómodo. Se siente húmeda. Que está produciendo fluido y eso hace que hasta un tercer dedo se introduzca. Empieza a gemir.

—No te estás casando con él... Te casas con la excusa que te hace quedarte aquí a seguir siendo mi princesa.

Jimin la abraza por el cuello, besándola y dejándose hacer sin problema ninguno. Resistiendo el desnudar a Yoonji para que esto continúe. Sintiendo caricias en sus piernas y abdomen, con alguien besándolo y ayudando a que el estímulo se vuelva alucinante.

. . .

Yoonji la ve retirarse el velo. Escucha los murmullos con respecto a lo bonita que es la novia del príncipe. El cabello blanco y largo cuán es. Decorado con anillos y cuentas de plata; su rostro ovalado y tierno; los labios anchos rosados en tono pastel como la sombra que decora sus ojos azules. El vestido de amplia falda llena de brillo; el corsé con estrellas discretas decorando. Las mangas desde el antebrazo y abiertas con la misma delicadeza; el corpiño con plumas esponjosas y estás cubriendo hasta sus hombros.

A juego con el traje blanco de Taehyung, la capa en su hombro derecho sujeta por un broche de plata. El cabello rubio con reflejos rosados por la primavera convirtiéndose en verano. Manifestado en su cabello.

Aplaude por obligación cuando se besan y todos celebran la unión. Dos años para cumplirse. Su sonrisa viene de una sola razón: Ahora Jimin no tiene excusa para irse.