Queen Ilsig || YoonMin

XXIX. Sinceridad de palabra acto

— ¡Iba a venir antes, pero la princesa no despertaba! Estaba turnándome con Hosook para cuidarla—dice Jeonggoo bajando las escaleras de piedra con prisa. Su voz genera eco y está segura de que la escuchan incluso con el tiempo que demora en llegar—. Necesito que me hagan un favor. Es peq- ¿Qué? ¿Qué les pasa?

Namjoon y Namkyung se ven entre sí, Namjoon cruza de brazos y se muerde las mejillas, su hermana por otro lado exhala negando con la cabeza. Jeonggoo considera si volver por donde vino o enterarse de lo que sea que quieran hablar. Solo se ponen así cuando tienen un anuncio serio o algo del estilo. Acaba de avanzar, con la cabeza inclinada hacia abajo y sus ojos enormes delatando el nerviosismo.

— ¿Qué favor? —pide saber Namkyung.

—E-es sobre la princesa. Necesito que mantengan, por el momento, ese pequeño asunto de que es una niña de luna. E-es algo que mientras menos se sepa, es mejor ¿Entienden? Por favor díganme que entienden. —suplica Jeonggoo y Namkyung se muerde las mejillas. Ella siempre tarda más en hacerlo a diferencia de Namjoon.

— Escucha, necesitamos hablar algo contigo antes de decir nada sobre la princesa. Eso es más problema de la reina que nuestro—aclara Namjoon—. Es importante y es mejor si eres sincera con nosotros. Lo más sincera posible.

— ¿Vale? —balbucea confusa de esa introducción.

—Tú eres de una tribu exterior ¿No es cierto?

Jeonggoo se pone pálida, retrocediendo un par de pasos con el sudor frío bajando por su espalda. Traga grueso, guardando silencio. Aprieta las manos tras ella y retrocede otro par de pasos. Namkyung se apura a bloquearle el paso antes de que se le ocurra echar a correr.

—Sí, lo eres—concluye la mujer y Jeonggoo siente su corazón a poco de romper su pecho de lo fuerte que late. Asustada y nerviosa de lo que ellos puedan pensar o querer de eso—. No hay manera en la que no lo fuera. No con esos tatuajes, peinados y adornos.

—Us-ustedes-

—También lo notamos por todo lo que tienes en tu habitación—Añade Namjoon acuclillándose frente a Jeonggoo—. No vamos a hacerte daño, delatarte o algo del estilo. Jamás se nos pasaría por la cabeza hacer tal cosa—asegura a la asustada adolescente a poco a llorar—. Tan solo queremos saber lo mismo que tú. Aprender sobre las tribus externas cuesta mucho. A veces se mueven y en otras las destruyen. Cuesta demasiado.

— ¿Saber? ¿Para qué quieren saber? No entiendo. —balbucea asustada.

¿Y si lo quieren para tener una idea y matarlos? ¿Por eso han sido tan amables todo este tiempo? Para sacarle información. Mil y un posibilidades salen a relucir en su corriente de pensamiento. Siendo tan malintencionada como debe considerando lo que ya conoce. La confianza puede ir solo a dos personas y esas dos personas no son estas dos personas.

—Solo nos gusta saber—responde Namkyung manteniéndola sujeta y llevándola hacia uno de los muros cubiertos. Aparta la tela que esconde un gran mural lleno de papeles y anotaciones—. Hemos estado recogiendo información durante años. Costumbres, creencias, modo de vivir, de pelear, crianza, etc.

—Y ha costado porque tampoco entendemos la lengua y escritura... ¡Hasta que encontramos esto!

Jeonggoo está al borde del desmayo. Tienen la guía que hizo para poder aprender a leer. Fue un lio. No entendía el alfabeto. Jimin y Hosook la ayudaron a armarlo y poder entenderse. Al principio no podían hablar nada.

—Así que—Namkyung suena los labios—. Deja el pánico, no queremos hacerte daño o a otros como tú. Nada nos motiva más que saber.

—En parte por eso caímos del cielo.