X. La sombra del general

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Jimin es constante en su orden de tomarse el día libre. Motivo por el cual es constante ver a Jeonggoo junto a Namjoon a la hora de los entrenamientos en el exterior o zonas donde le sea permitido estar. Entre la servidumbre se habla del asunto. Considerando a la doncella como una rara total y absoluta.

¿Quién pulula alrededor del general? Es un hombre muy cambiante y extraño, por no decir que evita hacer contacto con las personas. La diferencia radica en ella, en quien Namjoon tiene genuina y total debilidad. Nadie se lo explica. Algunos dicen que son amantes. Tachando y hablando de forma soez de la menor.

Cosa que, si Namjoon escucha, de inmediato realiza una sanción a la persona por irrespetuosa. Para empezar, él no podría hacer tal cosa. Jeonggoo es una doncella, perdería su estatus si estuviera con un hombre. Entre princesas jóvenes y que aguardan su boda, no es conveniente que se junte con adultas o señoras debido a que puede conducirlas a contaminarse. A sentir curiosidad y quizá perder la virginidad que deben poseer para desposarse. Poco peor hay que una doncella en posible relación con alguien de la milicia.

Pues la fama que se gastan con respecto a su trato a las féminas no es el mejor. Cualquiera que siquiera este próximo es un potencial motivo para perder el empleo. Doncella y soldado no existe. Así de sencillo. Es algo que Jeonggoo aparte de parecerle tonto, no lo entiende del todo.

—Eres una doncella, pero no sabes mucho. —acota el general limpiándose el sudor de la cara y cuello. Jeonggoo balancea las piernas, sentada en una rama alta. Las piernas abiertas y sus manos apoyadas en medio.

—Me hice doncella por accidente. —responde escueta—. Por favor dígame ¿Por qué es tan malo y tan raro?

—Como te explique en un principio, los soldados tienen poca interacción con mujeres o contacto íntimo—Su forma de decirlo es menos refinada y eso la extraña. Namjoon varía demasiado su forma de expresarse. Expresiones, gestos, es complicado marcar un patrón en él—. Que tengan una noche hace imposible que no estén teniendo intimidad. Es incongruente por la simple regla de tres. Además—Levanta la lanza del suelo con el pie, balanceándola en el mismo—. Las doncellas son muy inocentes y caen ante muchas propuestas de amor eterno y boberías del asunto. Las engañan, las usan y si corre con buena suerte, las olvidan. —Jeonggoo arruga la cara. Suena desagradable y deprimente en su estima.

— ¿Y qué pasa si no las olvidan?

—He ejecutado a muchos por forzar a esas mujeres a tener relaciones y a veces compartirlas aquí dentro de palacio—Jeonggoo sube el labio inferior y ladea la cabeza a la derecha—. A veces son solo animales. Nada más.

—Tú no eres un animal. Tú eres bueno y nosotros somos amigos.

— Por supuesto que sí—Sonríe tomando la lanza. La clava en el suelo de un solo movimiento y una amplia sonrisa animada, apoya las manos en su cintura—. Cómo podría hacerle daño a una niña con ojos de ciervo. Eso sería lamentable. —dice Namjoon con deje bromista. Jeonggoo se cubre la cara, abochornada.

Se mueve para bajar del árbol, con la mala suerte de resbalar. Da un chillido de espanto y se soba la cabeza por el rebote. Mira abajo, hallando a Namjoon tirado. El general queja en voz baja y al alzar la cabeza encuentra su cuerpo muy cercano al de Jeonggoo. La adolescente abre y cierra la boca. Namjoon tiene pecas, muchísimas pequeñas pecas. Dan ganas de unir los puntos más fuertes y notorios en esa piel de melocotón. Se presiona un poco a su pecho sin querer y llega a un detalle peculiar.

Siente que su pecho es más suave y esponjoso de lo normal. No es la primera vez que por alguna torpeza está en el regazo del general. Sabe cómo se siente su pecho tan amplio por sí solo. Sin embargo, aquí hay algo que no entiende desde que lo vio desvestirse en esa sala.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora