Queen Ilsig || YoonMin

LXVIII. Regresos y pedidos

— ¡AH! ¡YA VOLVIÓ!

Taehyung mueve el cuello. Cabalgar de regreso a casa fue, con diferencia, lo peor que ha hecho en la vida. El camino se le hizo largo, insufrible, el caballo –sin intención obviamente-, lo dejó sin testículos por tanto galopar; no siente las nalgas y su espalda está a un toque de quebrarse.

Espera descansar de guerras por veinte años al menos, si va a haber otra, hasta esa cantidad de tiempo o no cuentan con él. Baja del caballo, lo palmea y felicita por el esfuerzo y ¿Ese último toque para su espalda? Llegó, en forma de mujer y con quizá demasiada emoción encima.

Cae con Sujin, siendo que la mujer lo besa y apretuja. Sonríe débil y agotado.

—Hola, yo también me alegro de verte—dice Taehyung. Sujin consigue levantarse, tambaleando—. ¿Estabas cerca? Llegaste rápido.

—Algo así- ¡Ah! ¡Nono! ¡No llores!

Taehyung echa la cabeza atrás ¿Por qué hay una sirvienta con un bebé y Sujin va por él? Sujin se apura a mostrárselo y Taehyung inclina la cabeza.

— ¿No te gusta?

—N-no entiendo-

—Taehyung, tardaste más de once meses—ríe leve—. Y yo no soy infértil ¿Qué esperabas? —Taehyung lo toma y el bebé suelta una especie de risa antes de llevarse la mano a la boca.

— ¡Papá!

Tambalea, con el empujón en una de sus piernas. Una niña que lo abraza, teniendo una corona de flores en la cabeza y los rizos pelirrojos peinados de forma cuidadosa. Taehyung hace un puchero con los aguados. Hosook inclina la cabeza y sonríe amplia.

—Acabas de llegar, no te pongas a llorar. —pide la pelirroja y Taehyung se acerca, la abraza con un brazo; Sujin carga a la niña mayor y cuidan de no aplastar al bebé que se remueve y ve a todos lados.

—Vengaaaa, no llores. —dice Sujin risueña. Sabiendo qué es lo que está haciendo a Taehyung llorar.

~ * * * ~

—No quiero soltarte ahora...

—Namjoon por favor.

—No quiero.

—Naaaaaaaaaaam-

—Yo tampoco.

— ¡Los dos están insufribles!

—Somos la delicadeza que tú no tienes en ningún lado.

Jeonggoo hace puchero, intentando apartar a Namjoon de su abdomen. Donde ha estado empeñado en recostarse. Namkyung acurruca el rostro, abrazando a Jeonggoo. La pelinegra mira a un lado, hay un día bastante deprimente por lo nublado que está. Namjoon da un beso sobre el tatuaje. El lugar algo hinchado.

—Puedes esperar más tiempo para salir.

—O no salir.

—Oigan, me gusta salir y-

—Jeonggoo, estas embarazada, no puedes viajar tanto así.

Frunce los labios.

—Sí puedo. Además, no quiero tener un niño que nazca aquí... quiero que nazca al sur, mostrárselo a los animales del bosque—murmura adormilada—. Quiero que se como yo.

—Lo entiendo—afirma Namjoon—. Eso lo haremos. No hay problema con eso—Jeonggoo sonríe leve—, pero puedes descansar de traer tribus y comunidades. Namkyung y yo nos podemos encargar. En los dos últimos meses nos iremos para que sea donde gustes.